Cuba, conocida por sus aguas cristalinas y su rica vida marina, ha estado enfrentando desafíos significativos en su producción pesquera en los últimos años. El retiro de su flota internacional y la falta de inversión en infraestructura han contribuido a un declive preocupante en este sector. Sin embargo, un reciente cambio normativo podría marcar un punto de inflexión en la situación.
La Gaceta Oficial anunció el pasado lunes 4 de marzo una medida que permite a los pescadores cubanos vender sus capturas sin intermediarios estatales, con la excepción de la langosta que sigue restringida. Aunque esta medida se implementó inicialmente en 2022 de manera provisional, su transformación en permanente representa un paso significativo hacia la liberalización del mercado pesquero en Cuba.
Un Cambio en el Horizonte Pesquero
La resolución establece claramente las especies que pueden ser pescadas libremente, como peces, túnidos, ostiones, almejas, jaiba y camarones marinos, siempre y cuando no sea en lagunas costeras. Sin embargo, la comercialización de estos productos estará sujeta a regulaciones locales, con un proceso de conciliación trimestral para verificar las capturas.
A pesar de estas medidas, el sector pesquero no ha experimentado mejoras significativas en su productividad. La caída del consumo de pescado en Cuba es alarmante, pasando de 18 kilogramos per cápita anualmente a solo 3.8 kilogramos en 2022. Este declive se ha visto exacerbado por la crisis alimentaria que afecta al país.
Desafíos y Oportunidades
El régimen castrista reconoce la urgencia de encontrar soluciones a la escasez de alimentos. La acuicultura se presenta como una alternativa viable para aumentar la producción pesquera. Recientemente, se han destinado recursos significativos para la construcción de estanques en Santiago de Cuba, con el objetivo de criar millones de alevines. Sin embargo, esta estrategia enfrenta desafíos en garantizar una alimentación adecuada para estos peces.
Según Mydalis Naranjo Blanco, viceministra de la Industria Alimentaria, Cuba enfrenta una escasez de pescado debido a la insuficiencia de peces en sus aguas para satisfacer la demanda interna. Aunque rodeada por el mar, las reservas de pescado no son suficientes para cubrir las necesidades del país.
Nuevas Regulaciones y Desafíos
Además de la liberalización en la venta de capturas, el gobierno cubano ha impuesto restricciones en la importación de motores marinos superiores a los 10 HP. Esta medida busca regular el uso de embarcaciones y garantizar su manejo adecuado en las aguas cubanas. Sin embargo, limita la capacidad de los pescadores para adentrarse en aguas más profundas y aumentar sus capturas.
Aunque estas medidas representan un cambio significativo en la industria pesquera cubana, aún queda por ver si lograrán abordar los desafíos fundamentales que enfrenta el sector. La liberalización del mercado y la búsqueda de alternativas como la acuicultura son pasos importantes, pero se necesitarán más esfuerzos para garantizar la seguridad alimentaria y el crecimiento sostenible en Cuba.