Con I-220A, ¿es posible obtener residencia en EEUU al casarse con un ciudadano americano?

Redacción

¿Puedo regularizarme en EEUU si tengo una I-220A?

Para muchos cubanos que poseen una I-220A, la incertidumbre sobre su estatus migratorio en Estados Unidos es una preocupación constante. Esta situación, compartida por aproximadamente 300,000 personas que han llegado a la frontera suroeste en los últimos dos años, plantea interrogantes sobre cómo obtener la residencia permanente en el país norteamericano.

Según el abogado de inmigración Wilfredo Allen, una posible vía para regularizar el estatus es a través del matrimonio con un ciudadano estadounidense. Sin embargo, este proceso tiene sus particularidades, como explica en una conversación con el periodista Daniel Benítez.

Allen señala que, si el cónyuge ingresó ilegalmente a Estados Unidos y posee una I-220A, el perdón por la entrada ilegal puede demorar hasta 47 meses. Esta larga espera puede complicar el proceso, lo que lleva a considerar otras opciones.

Una alternativa sugerida por Allen es optar por una visa de Fiancé (K-1), también conocida como visa de prometido. Esta visa permite que la pareja se reúna en Estados Unidos y contraiga matrimonio en un plazo de 90 días. Aunque el proceso de obtención de esta visa demora alrededor de 18 meses, es considerablemente más corto que esperar el perdón por la entrada ilegal.

Otra opción es casarse en Cuba y que el ciudadano estadounidense presente una petición de visa de inmigrante (Formulario I-130) para su cónyuge. Este proceso, aunque puede ser más directo, forma parte de un camino hacia la obtención de la residencia permanente.

I-220A y su relación con la Ley de Ajuste Cubano

La I-220A es un documento emitido por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de los EEUU (CBP) en circunstancias específicas, como cuando un individuo es detenido en la frontera y se le permite entrar al país mientras espera una audiencia de inmigración. Aunque permite la entrada, no concede un estatus legal formal ni se considera un parole en el sentido tradicional.

El no reconocimiento de la I-220A como parole tiene importantes implicaciones para los cubanos que buscan regularizar su estatus. Estos individuos se encuentran en un limbo legal, lo que les dificulta obtener la residencia permanente y los deja vulnerables a la deportación.