La alarmante disminución en la tasa de natalidad en Cuba, que ha alcanzado su punto más bajo en seis décadas durante el año 2023, está generando una creciente preocupación entre las autoridades del país. Con apenas 90,300 nacimientos registrados el año pasado, una caída significativa de 15 mil nacimientos en comparación con el 2020, la tendencia hacia el envejecimiento y la reducción de la población se ha hecho más evidente.
Esta situación ha llevado a la formación de una comisión gubernamental, liderada por el Primer Ministro Manuel Marrero Cruz, dedicada a examinar las implicaciones de estas tendencias demográficas para el futuro de Cuba. Durante una reciente reunión, se destacó la necesidad de un enfoque renovado y una mayor priorización de este tema por parte de las entidades gubernamentales, académicas y sociales involucradas.
El Primer Ministro Marrero Cruz enfatizó la importancia de adoptar un nuevo enfoque y de otorgar la debida prioridad a este asunto crítico. “Es necesario corregir las distorsiones existentes y revitalizar la economía en este ámbito para impactar positivamente en la población”, señaló, haciendo referencia a las medidas económicas recientemente implementadas por el gobierno de Díaz-Canel.
Sin embargo, las declaraciones del Primer Ministro parecen desconectadas de la realidad cubana, aludiendo a las “limitaciones financieras” y utilizando la retórica gubernamental habitual sobre la “corrección de distorsiones y el impulso económico”. Además, Marrero Cruz vinculó la problemática demográfica con el “movimiento de cuadros”, sugiriendo posibles repercusiones para aquellos funcionarios que no logren avances significativos en este ámbito.
La reunión, que tuvo lugar en el Palacio de la Revolución, también abordó la implementación de las medidas aprobadas para enfrentar esta situación, instando a encontrar soluciones locales y a monitorear de cerca los indicadores de progreso y las áreas de deficiencia.
A pesar de la urgencia expresada por el Primer Ministro de priorizar la atención a la dinámica demográfica en las estrategias de desarrollo económico y social, la discusión no abordó temas críticos como la masiva emigración de jóvenes desde 2021, la inflación galopante, la pobreza creciente, el alto costo de vida, el deterioro de los servicios públicos y la escasez de alimentos, factores todos ellos que influyen decisivamente en la decisión de las familias cubanas de tener hijos.