El reconocido actor cubano Bárbaro Marín celebra hoy su 63 cumpleaños, habiendo dejado una huella imborrable en el corazón de los cubanos gracias a sus memorables actuaciones en televisión, y posteriormente, consolidando su carrera en Colombia con roles protagónicos en diversas telenovelas y series que aún resuenan entre el público.
Su pasión por el arte se despertó durante su etapa estudiantil en la escuela vocacional Vladimir Ilich Lenin, en La Habana, donde formó parte de un grupo humorístico. A pesar de haber iniciado estudios en ingeniería mecánica, pronto se dio cuenta de que su verdadera vocación estaba en el escenario, lo que lo llevó a unirse al grupo de teatro aficionado «Olga Alonso».
“Me di cuenta de que la ingeniería no era lo mío después de enfrentarme a la geometría descriptiva. Así que dejé la carrera y me sumergí de lleno en el teatro con el grupo Olga Alonso”, compartió Marín en una reciente entrevista con Paula Massola para La Familia Cubana TV.
Su trayectoria artística tomó vuelo en 1984 con el grupo «Olga Alonso», y para 1986, ya se había unido al grupo profesional «Arte Popular», dirigido por Eugenio Hernández Espinosa. Marín brilló en el teatro con roles protagónicos en obras como «María Antonio», «Andoba», «Hamlet» y «Requiem por Yarini», dejando una marca indeleble en el teatro cubano de los años 80.
La televisión y el cine no tardaron en reconocer su talento. En 1986, obtuvo un papel coprotagónico en la telenovela «Tren de Noviembre» y, al año siguiente, debutó en la gran pantalla con «Asalto al Amanecer».
Aunque Cuba le brindó las bases de su formación actoral, fue en Colombia donde Marín alcanzó la cima de su carrera. Allí se trasladó junto a la actriz Tahimí Alvariño, con quien mantuvo una larga relación sentimental. «Colombia me recibió con los brazos abiertos, me siento muy a gusto allí», confesó.
Durante más de diez años, Marín se convirtió en un rostro familiar para los colombianos, participando en numerosas producciones televisivas. A pesar de su éxito como actor, Marín nunca abandonó su amor por la música, una pasión heredada de su familia.
“La música siempre ha sido parte de mi vida. Mi padre era músico y desde pequeño aprendí a tocar la guitarra. A menudo me reúno con amigos músicos para tocar y cantar”, reveló.
Tras pasar más de una década fuera de los escenarios en Cuba, Marín ha regresado a la isla con la firme intención de retomar su carrera actoral. Aunque ha estado alejado de la actuación, su deseo de volver a conectar con el público cubano es más fuerte que nunca. Con tres hijos y una vida familiar centrada en la música y la tradición cubana, Marín se prepara para el próximo capítulo de su vida artística en su tierra natal.