La reciente fiesta de cumpleaños en Ciego de Ávila, Cuba, se tornó en un preocupante suceso cuando al menos ocho niños fueron hospitalizados en Florencia, tras presentar síntomas de intoxicación. Según reporta el activista conocido como Edmundo Dantés Junior, quien presenció los acontecimientos, los niños se enfermaron luego de consumir alimentos durante la celebración.
«Muchos aseguran que fue el cake, pero es muy pronto para saber si fue la causa exacta de la intoxicación. También comieron confituras y chupa chupas», reveló el activista. La incertidumbre respecto a la fuente de la intoxicación genera preocupación entre la comunidad, con especulaciones que van desde problemas de higiene hasta posibles alergias alimentarias.
En medio de la incertidumbre, el activista pide cautela: «En los comentarios decían que es culpa del huevo, merengue, calor, bacteria salmonela que es letal. Pero no nos antepongamos, quizás sea una alergia o algo menos grave…». Esta llamada a la prudencia subraya la importancia de esperar los resultados de las investigaciones médicas antes de sacar conclusiones precipitadas.
Según informes preliminares, los niños afectados fueron trasladados al Hospital en dos ambulancias, resaltando la gravedad del incidente y la necesidad de atención médica inmediata en casos de intoxicación alimentaria.
Este no es el primer incidente de este tipo que se registra en Cuba en los últimos años. En 2021, la ciudad de Guantánamo sufrió un brote de intoxicación alimentaria que afectó a 14 personas, incluyendo tres menores de edad que requirieron hospitalización urgente en el hospital pediátrico Pedro Agustín Pérez.
El origen del brote se remonta a una jamonada distribuida por el régimen en una carnicería local. El doctor Carlos Manuel Sánchez Falcón, subdirector provincial de Salud Ambiental, describió los síntomas experimentados por los afectados, que incluían fiebre, diarrea, vómitos, cólicos, escalofríos y decaimiento.
Estos incidentes son un recordatorio contundente de la importancia de la seguridad alimentaria en todos los niveles de la sociedad. Desde la producción y manipulación de alimentos hasta su consumo final, cada etapa del proceso debe ser cuidadosamente gestionada para prevenir riesgos para la salud pública.