El régimen de Cuba ha confirmado recientemente la implementación de medidas económicas que han generado un amplio debate en la isla, dada la precaria situación en la que se encuentra la mayoría de la población cubana. Entre las acciones anunciadas destaca el incremento en los precios de los combustibles, una decisión que, según el Gobierno, responde a la necesidad de ajustar los costos a los valores reales que el país enfrenta al importar estos productos.
Lázaro Regueiro, una figura prominente dentro del Gobierno, señaló que los precios vigentes hasta ahora no reflejaban los verdaderos gastos que Cuba debe asumir en el mercado internacional, lo que resultaba en subsidios financiados por el Estado, una práctica que consideran insostenible bajo las actuales circunstancias económicas.
Este conjunto de medidas forma parte de un ambicioso plan de ajuste económico que el Gobierno cubano dio a conocer de manera inesperada a finales del año pasado. El plan, que busca “corregir distorsiones” en la economía, ha sido objeto de críticas y preocupaciones entre los ciudadanos debido a la compleja realidad económica que enfrentan.
Además del aumento en los precios de los combustibles, el plan incluye la posibilidad de una nueva devaluación de la moneda nacional, que aún se encuentra en fase de análisis, y la eliminación gradual de los subsidios universales en favor de un sistema de apoyo dirigido específicamente a los sectores más vulnerables de la sociedad. Sin embargo, hasta el momento, no se han ofrecido detalles concretos sobre quiénes serán considerados como grupos vulnerables ni de qué manera se les brindará asistencia.
El contexto económico de Cuba es particularmente desafiante. La isla concluyó el año 2023 con una contracción del Producto Interno Bruto (PIB) estimada entre el 1% y el 2%, lo que indica que la economía aún no ha logrado recuperarse a los niveles previos a 2019. Además, se proyecta que el déficit fiscal para el presente año alcance el 18,5%, marcando el quinto año consecutivo de significativos desbalances financieros.
Esta crisis económica, que se ha agudizado en los últimos tres años debido a la pandemia, el incremento de las sanciones impuestas por Estados Unidos y diversas políticas económicas internas, ha llevado a Cuba a una situación límite, donde la implementación de estas medidas de ajuste se ve como una respuesta a la urgente necesidad de estabilizar la economía nacional.