Las autoridades cubanas han sugerido una vuelta a los métodos antiguos para enfrentar la actual escasez de materiales de construcción, en particular, la falta de cemento que obstaculiza las labores de reparación y edificación de viviendas en la isla.
Frente a esta crisis, que ha sido reconocida por el propio gobierno cubano y se extiende a lo largo de toda la nación, se plantea la utilización de ladrillos de barro, bloques a base de cal y morteros de diversas composiciones como alternativas viables al cemento P-350 y a los bloques de hormigón tradicionales.
La situación es crítica: las fábricas de cemento del país se encuentran detenidas, hay una notable escasez de acero y el combustible necesario para operar las plantas de producción de materiales de construcción es insuficiente. En este contexto, las autoridades de Villa Clara, una provincia con una rica tradición alfarera, promueven estas soluciones «más rápidas y viables» como una forma de asegurar un techo digno para la población.
Según se ha informado en medios oficiales, la incorporación de la ciencia y la innovación en la producción local de materiales podría beneficiar significativamente al programa de vivienda del país, especialmente en el apoyo a comunidades en situaciones de vulnerabilidad.
Los ladrillos de barro, descritos como «materiales indispensables en las construcciones de antaño», emergen como una opción sustitutiva a los ladrillos de cemento. Aunque la prensa oficialista hable de una «recuperación» de estas técnicas, en realidad se trata de una alternativa forzada por la crisis.
Además de los ladrillos de barro, se promueve el uso de morteros de cal y arcilla. El mortero grueso se recomienda para la colocación de elementos estructurales en muros de carga y para el repello, mientras que el mortero fino se destina a los acabados de paredes y el mortero cola para la instalación de baldosas.
Una mipyme local, Construcciones DS, ha logrado producir entre 200 y 300 toneladas mensuales de estos tipos de mortero. Asimismo, se están realizando pruebas de resistencia con bloques de cal, obteniendo resultados prometedores.
Sin embargo, el año 2022 vio una disminución en la producción de cal, cemento, arena, piedra triturada, entre otros materiales esenciales, en comparación con el año anterior. El 2023 no ha mostrado grandes mejoras en este aspecto.