Hotel Varadero Internacional, la joya que se tragó Fidel Castro

Redacción

El emblemático Hotel «Varadero Internacional» abrió sus puertas al público el 20 de diciembre de 1950, aunque su inauguración oficial se celebró cuatro días después, el 24 de diciembre, fecha que posteriormente se adoptó para conmemorar sus aniversarios. La construcción de este lujoso establecimiento supuso una inversión de alrededor de 3 millones de pesos, una suma considerable para aquellos tiempos. De esta cantidad, 2 millones fueron financiados por la Caja de Retiro Azucarero, y el millón restante por William Liebow, un empresario estadounidense de ascendencia judía, quien decidió erigir el hotel tras ser rechazado en el Hotel Kawama debido a su origen étnico.

Liebow, movido por el desaire, se propuso crear en Varadero un hotel que estuviera a la altura de sus expectativas: el «Varadero Internacional». Sin embargo, la administración del hotel no fue precisamente exitosa, enfrentando constantes pérdidas económicas que Liebow tuvo que asumir personalmente, además de diversos problemas laborales.

Dada esta situación, Liebow decidió vender el hotel a Resterforte y, en 1957, pasó a manos de Hoteles Internacionales S.A., siendo esta la última empresa que lo gestionó antes de su nacionalización por el gobierno revolucionario en 1960.

Para 1958, el «Varadero Internacional» se había consolidado como el hotel más sofisticado de Varadero y uno de los más destacados de Cuba, complementando su oferta con el Cabaret Continental y el Casino, que más tarde se transformaría en el Restaurante Universal. Estos espacios eran frecuentados por la élite de la burguesía cubana, así como por acaudalados empresarios y personalidades de Estados Unidos.

Con la llegada de la Revolución en 1960, el hotel fue intervenido y, en 1991, se amplió su capacidad al integrar las Villas «Cabañas del Sol», que hasta entonces funcionaban de manera independiente. Esto dio lugar a un complejo hotelero que mejoró la oferta de alojamiento y gastronomía. En 1998, las villas adoptaron el modelo de «todo incluido» bajo el nombre «Club Cabañas del Sol», mientras que el hotel principal continuó operando bajo un esquema tradicional.

El «Varadero Internacional» experimentó renovaciones significativas en 1983 y 1991, y en dos ocasiones estuvo bajo la gestión de cadenas hoteleras extranjeras: primero con la española «Oasis International» en 1991, y luego con «Kawama Caribbean Hotels» en 1994. En 1999, se llevaron a cabo importantes cambios en la decoración y algunas remodelaciones estructurales, buscando revitalizar la imagen del hotel de acuerdo con los estándares estéticos de la época en que fue construido, preservando así su esplendor y su rica historia.