Amelia Goyri, La Milagrosa que descansa en la tumba más famosa del Cementerio de Colón en La Habana

Redacción

El Cementerio de Colón en La Habana alberga entre sus muros historias que trascienden la mera memoria de los difuntos, convirtiéndose en leyendas urbanas que capturan la imaginación de quienes las escuchan. Una de las más emblemáticas es la de Amelia Goyri de la Hoz, cariñosamente conocida como La Milagrosa, cuya vida y muerte prematura la catapultaron a un estatus casi santo entre los cubanos, a pesar de no haberlo buscado.

La trama de su vida es digna de una novela, marcada por un amor prohibido con su primo segundo, José Vicente Adot Rabell. A pesar del amor mutuo, la relación era vista con malos ojos por la familia de Amelia, que aspiraba a un partido más ventajoso para ella. Sin embargo, la pareja, desafiando las expectativas sociales, mantuvo su amor en secreto.

La historia tomó un giro dramático con la muerte de la madre de Amelia, dejándola bajo el cuidado de su tía y en una situación aún más restrictiva. José Vicente, por su parte, se unió a la lucha por la independencia de Cuba, separándolos aún más. Sin embargo, el fin de la guerra trajo consigo el regreso de José Vicente y, finalmente, la aprobación de su unión matrimonial.

El breve matrimonio se vio abruptamente interrumpido por la trágica muerte de Amelia debido a la eclampsia, llevándose consigo también la vida de su hijo nonato. José Vicente, desolado, rechazó la idea de enterrarla en el panteón familiar y optó por un lugar más humilde, encargando posteriormente una escultura en su honor que se convertiría en un símbolo de devoción.

La figura de Amelia, inmortalizada en mármol, muestra a una madre con su hijo, apoyada en una cruz, reflejando su trágica historia. La tumba se convirtió en un lugar de peregrinación, especialmente para mujeres que buscaban consuelo, esperanza y milagros relacionados con la maternidad.

Sin embargo, la leyenda de La Milagrosa también lleva consigo una advertencia sombría sobre el destino de los hermanos que deciden casarse el mismo día, una superstición alimentada por el destino paralelo de Amelia y su hermana María, ambas fallecidas en circunstancias similares.

La historia de La Milagrosa es un testimonio de cómo el amor, la tragedia y la fe pueden entrelazarse para crear una leyenda que perdura en el tiempo, convirtiendo a Amelia Goyri en una figura eterna en el corazón y la cultura de Cuba.