El Dolor Persiste: 28 Años Después del Crimen de Hermanos al Rescate en Cuba

Redacción

Hace 28 años, un acto de violencia sin sentido conmocionó al exilio cubano en Estados Unidos y resonó en todo el mundo. El derribo de las avionetas de Hermanos al Rescate el 24 de febrero de 1996, por orden del régimen de La Habana, sigue siendo una herida abierta para muchas familias y comunidades.

La tragedia ocurrió en aguas internacionales, donde las avionetas desarmadas fueron atacadas por misiles aire-aire de los MIG-29 cubanos. Cuatro vidas se perdieron en este acto premeditado: Mario Manuel de la Peña, Armando Alejandre, Carlos Costa y Pablo Morales. A pesar de la tragedia, cuatro personas lograron sobrevivir a bordo de otra avioneta, entre ellas José Basulto, fundador de Hermanos al Rescate.

Desde entonces, los familiares de las víctimas y la comunidad cubana en el exilio han exigido justicia. Se han cumplido años de lucha incansable para que los responsables de este crimen sean llevados ante la ley. Sin embargo, hasta la fecha, la impunidad persiste, y el dolor de aquel día sigue fresco en la memoria de quienes perdieron a sus seres queridos.

Este triste aniversario fue recordado por varios grupos y personalidades del exilio cubano en Estados Unidos. La Ermita de la Caridad de Miami y la Fundación Nacional Cubano Americana se unieron a la conmemoración, destacando la falta de justicia tras casi tres décadas de aquel fatídico día.

El régimen de La Habana intentó justificar el ataque, pero fue condenado enérgicamente por la comunidad internacional. La Organización de Aviación Civil Internacional (OAIC) determinó que el derribo de las avionetas fue ilegal, al ocurrir en aguas internacionales y sin seguir los protocolos establecidos.

Este crimen tuvo repercusiones significativas en las relaciones internacionales. Llevó a la aprobación de la Ley Helms-Burton y otras medidas para enfrentar la situación. Sin embargo, la búsqueda de justicia continúa, y la memoria de aquellos que perdieron la vida ese día sigue viva en los corazones de quienes luchan por la libertad y la justicia.

28 años después, el dolor persiste, pero también lo hace la determinación de aquellos que buscan verdad y justicia para las víctimas de este crimen atroz.