La Habana amaneció de luto este 24 de febrero, despidiendo a una de sus figuras más emblemáticas y queridas del espectáculo, Amelia Martínez Salazar, mundialmente reconocida como Juana Bacallao, quien nos dejó a la venerable edad de 98 años.
Desde sus inicios en el mundo del espectáculo de la mano del renombrado Obdulio Morales, Juana Bacallao se convirtió en un ícono indiscutible del cabaret cubano, brillando con luz propia desde la década de 1950 y manteniéndose en el candelero hasta hace muy poco. Su presencia en escena, única e inconfundible, dejó una huella imborrable en los más prestigiosos cabarets de La Habana como el Sans Souci, el Tropicana, el Copa Room del Riviera, el Parisién del Hotel Nacional, el Salón Rojo del Capri, el Caribe del Hotel Habana Libre, y en los clubes Alí y Palermo, el Teatro Campoamor y los Aires Libres del Prado.
Juana, cariñosamente conocida también como Juana La Cubana, tuvo el honor de compartir escenario con leyendas de la música y el espectáculo como Chano Pozo, Meme Solís, Moraima Secada, Nat King Cole, Bola de Nieve, Rosita Fornés, Ninón Sevilla, Celeste Mendoza, Benny Moré, Elena Burque, Rafaela Carrá y Omara Portuondo, entre otros grandes nombres.
Su estilo único, mezclando letras de canciones con narrativas cómicas y dramáticas, y su inigualable histrionismo, la convirtieron en una artista inolvidable. Aún resuenan en la memoria colectiva sus actuaciones en espectáculos de variedades como «La Caperucita se divierte», entre otros. Juana Bacallao, con su profundo sentido de la cubanía y un humor genuinamente criollo, llevó su talento más allá de las fronteras de Cuba, encantando al público en países como Estados Unidos, Francia, México, Venezuela, República Dominicana y España.
La desaparición física de Juana Bacallao es una pérdida irreparable para la cultura musical cubana y para todos aquellos que tuvieron el placer de conocerla y disfrutar de su arte. Su legado, sin embargo, perdurará en el tiempo, recordándonos la alegría y el colorido que siempre la caracterizaron. Hoy, la música en Cuba viste de luto, pero el espíritu vibrante de Juana Bacallao seguirá vivo en el corazón de su pueblo y de todos los que tuvieron la fortuna de cruzarse en su camino.
