Havana Special, la ruta ferroviaria olvidada que unía a Estados Unidos y Cuba por tren

Redacción

La historia de los viajes entre Estados Unidos y Cuba es rica y variada, remontándose a mucho antes de las restricciones impuestas por el gobierno estadounidense en tiempos recientes. A pesar de la disminución significativa de turistas estadounidenses a Cuba tras el triunfo de la Revolución, la primera mitad del siglo XX marcó una época dorada en la que la isla se convirtió en uno de los destinos favoritos de los viajeros norteamericanos.

En aquellos años, un visionario empresario estadounidense llamado Henry Flager se propuso unir ambos países de manera directa, desafiando las barreras geográficas con una innovadora solución: el Havana Special. Este tren, que prometía una aventura inolvidable desde Nueva York hasta Santiago de Cuba en aproximadamente dos días y medio, se convirtió en la encarnación del sueño de Flager de conectar las dos naciones a través del mar.

El viaje comenzaba en Nueva York, llevando a los pasajeros y mercancías hasta Cayo Hueso, donde los esperaba una obra de ingeniería sin precedentes: un puente ferroviario que se extendía de islote en islote, fruto de la determinación y el ingenio de Flager. Una vez en Cayo Hueso, los vagones eran cuidadosamente cargados en enormes ferry-boats para la travesía final de diez horas hasta Santiago de Cuba.

La ruta del Havana Special no solo facilitó el flujo de turistas hacia la isla, sino que también inspiró a Constantino Ribailagua, propietario del emblemático bar Floridita, a crear el cóctel Havana Special, que hoy se cuenta entre los diez cocteles cubanos más famosos.

La construcción de esta ruta ferroviaria fue una hazaña que requirió siete años de arduo trabajo, enfrentando desafíos como huracanes que cobraron la vida de 200 trabajadores. Sin embargo, el 22 de enero de 1912, la conexión “ferroviaria” entre Estados Unidos y Cuba se hizo realidad, con Flager viajando a La Habana para promocionar su revolucionario proyecto.

Desafortunadamente, el 2 de septiembre de 1935, un huracán de categoría cinco dañó gravemente la infraestructura del Havana Special. Años después, los restos fueron vendidos al gobierno de Florida, lo que eventualmente llevó a la creación de carreteras que conectan los cayos de Florida en 1938.

Aunque los ferry-boats dejaron de transportar vagones de ferrocarril para dar paso a los automóviles, la conexión entre Estados Unidos y Cuba nunca se perdió por completo. Sin embargo, en 1959, el servicio de ferry desde Cayo Hueso fue suspendido, poniendo fin a una era de intercambio cultural y turístico. Hoy en día, del Havana Special solo quedan los recuerdos, el cóctel que lleva su nombre y un busto en honor a Henry Flager en Cayo Hueso, testigos mudos de un pasado donde la distancia entre dos naciones fue acortada por la audacia y la innovación.