La visita de Esteban Lazo a Kenia, con el objetivo de reunirse con el presidente William Ruto y discutir sobre el delicado tema de los dos médicos cubanos secuestrados en 2019, ha generado una gran expectativa. Sin embargo, la falta de información concreta y actualizada sobre el estado de Assel Herrera Correa y Landy Rodríguez Hernández ha intensificado la preocupación y el descontento entre los cubanos, tanto dentro como fuera de la isla.
La misión de Lazo, según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba (MINREX), incluía como prioridad obtener detalles sobre la situación de los médicos, cuyo paradero y estado han sido un misterio desde su secuestro por el grupo yihadista Al Shabaab en Kenia. La noticia de que podrían haber sido víctimas de un ataque con drones por parte de las fuerzas estadounidenses en Somalia ha añadido una capa de urgencia y tragedia al asunto.
La comunidad internacional y los cubanos esperaban ansiosos alguna actualización tras la reunión de Lazo con Ruto, pero la escasez de información ha dejado un vacío lleno de especulaciones y dudas. La situación se complica aún más con la divulgación de un comunicado de Al Shabaab, que afirma la muerte de los médicos en el bombardeo, acompañado de imágenes perturbadoras que aún no han sido verificadas por fuentes oficiales.
La respuesta del gobierno cubano ante esta crisis ha sido percibida como tardía e insuficiente, lo que ha exacerbado la sensación de abandono que sienten muchos hacia los médicos cubanos en el extranjero. La promesa de Díaz-Canel de que el esclarecimiento de los hechos es una «máxima prioridad» ha hecho poco para calmar los ánimos, ya que muchos cuestionan por qué la atención gubernamental parece haberse intensificado solo después de las noticias sobre el posible fatal desenlace de los médicos.
La comunidad médica cubana, así como la sociedad en general, se encuentra en un estado de angustia y frustración ante la falta de claridad y la aparente inacción de sus líderes. Este incidente no solo pone de relieve los riesgos a los que se enfrentan los profesionales cubanos en sus misiones internacionales, sino que también cuestiona la eficacia y la transparencia del gobierno cubano en la protección y el apoyo de sus ciudadanos en el extranjero.
La lentitud en la respuesta oficial y la falta de una estrategia comunicativa clara han demostrado, una vez más, la necesidad imperante de cambios en la gestión gubernamental en Cuba, especialmente en lo que respecta al trato y la seguridad de sus profesionales en el extranjero. La comunidad espera respuestas y acciones concretas que puedan aliviar la incertidumbre y el dolor que esta situación ha generado.