En el mundo de la tecnología, la creatividad y el humor a menudo se combinan para ofrecer una perspectiva única. Esto es exactamente lo que hizo el joven Héctor Adriel Estupiñan en su perfil de Instagram «Crónicas de un cubano», al presentar una versión hilarante de la asistente virtual Siri con un toque cubano.
En una serie de divertidos videos, Héctor imaginó cómo sería Siri si hubiera sido diseñada por alguien de la isla caribeña. Desde el inicio, la asistente virtual muestra su conocimiento del lenguaje cubano, respondiendo sobre el clima con expresiones callejeras como «El tiempo va a estar malo con pinga», lo que demuestra su adaptación al vocabulario local.
Pero las respuestas ingeniosas no se detienen ahí. Siri, en su versión cubana, ofrece explicaciones divertidas sobre situaciones cotidianas, como la demora en la llegada de los mandados a la bodega, atribuyéndolo a «culpa del Bloqueo», una respuesta que seguramente sacaría una sonrisa a muchos cubanos familiarizados con este término.
Además de su conocimiento del argot cubano, la versión cubana de Siri también muestra un sentido del humor único al referirse al presidente Miguel Díaz-Canel como «el singao» y a su esposa Lis Cuesta como «la Machi», mostrando su familiaridad con la política local y su capacidad para conectar con la audiencia cubana.
Héctor Estupiñan no se detiene ahí. Su versión de Siri estaría equipada con conocimientos sobre una amplia gama de temas, desde chistes populares hasta diferenciar entre restaurantes estatales y privados, e incluso entender detalles sobre temas migratorios y la empresa de telecomunicaciones ETECSA.
El video de Héctor ha generado un gran impacto en las redes sociales, acumulando más de 62 mil visualizaciones en Instagram y recibiendo numerosos comentarios entusiastas que lo animaron a crear una segunda parte, demostrando el éxito y la popularidad de su divertida interpretación de la asistente virtual.
¿Te imaginas qué otras características tendría Siri si fuera diseñada por un cubano? La creatividad y el humor seguramente no tendrían límites.
