La Laguna de la Leche, situada cerca del poblado de Morón en la provincia de Ciego de Ávila, es uno de los cuerpos de agua más emblemáticos de Cuba, famoso por el peculiar color blanco de sus aguas. Este fenómeno natural se debe a la alta concentración de sulfato de calcio y yeso en el fondo del lago, lo que le otorgó su nombre cuando los conquistadores españoles llegaron a la isla.
Este espejo de agua, que se extiende por aproximadamente ocho millas y cuya profundidad rara vez supera los nueve pies, es la mayor reserva de agua dulce de la isla, con un volumen cercano a los 100 millones de metros cúbicos. Además de su importancia ecológica, la Laguna de la Leche es un elemento central en la vida cultural y tradicional de los habitantes de Morón.
Cada Semana Santa, la laguna se convierte en el escenario de festividades locales, donde los moronenses disfrutan de paseos en embarcaciones a vela y motor, aprovechando la belleza y tranquilidad del lugar. En este contexto, el Morón Yacht Club, construido en la década de 1950 a orillas de la laguna, sigue siendo un punto de encuentro para los amantes de los deportes acuáticos y para aquellos que buscan un espacio de recreación y esparcimiento.
El restaurante La Atarraya, por su parte, es otro de los atractivos de la zona. Con una historia que se remonta a la época colonial, este establecimiento ofrece a sus visitantes una experiencia gastronómica única, con especialidades marinas y su famosa paella, servidas en un ambiente que se erige sobre pilotes dentro del agua, brindando vistas inigualables de la laguna.