En Camagüey, un grupo de agricultores ha logrado una hazaña agrícola que ha dejado a muchos cubanos asombrados: cosechar racimos de plátanos con más de 20 manos cada uno. A pesar de la impresionante cantidad de frutos, los campesinos señalan que la variedad cosechada, aunque abundante, deja mucho que desear en cuanto a sabor y textura, describiéndolos como demasiado blandos y carentes de gusto.
La noticia, compartida en el grupo de Facebook «Esmeralda, Cuba», ha generado reacciones mixtas entre los internautas. Algunos expresan su admiración por el tamaño de los racimos, mientras que otros coinciden en la baja calidad de esta variedad de plátano, comentando que «no sirve» y que «no tienen gusto a nada». Sin embargo, en medio de la persistente escasez de alimentos en la isla, muchos reconocen que estos plátanos pueden ser una fuente útil para mitigar el hambre.
La situación alimentaria en Cuba ha llevado a los ciudadanos a buscar alternativas creativas para asegurar su sustento. Recientemente, un fotógrafo cubano destacó la creciente tendencia de sembrar plátanos en áreas urbanas, incluso en barrios tan exclusivos como El Vedado en La Habana. Esta iniciativa refleja la urgencia de los cubanos por encontrar soluciones a la falta de alimentos.
En un acto simbólico y práctico, vecinos del municipio Cerro en La Habana plantaron matas de plátano en un gran bache en medio de la calle, transformando un problema en una potencial fuente de alimento. Esta acción, compartida en redes sociales, ha sido recibida con humor y esperanza por la comunidad, bajo el lema «¡Bienvenidos a la jungla!».
La crisis alimentaria ha llevado incluso a que algunas familias experimenten con recetas alternativas, como la «ropa vieja de cáscaras de plátanos», una innovación culinaria nacida de la necesidad y el ingenio en tiempos de escasez. Esta receta, compartida en el grupo de Facebook «Recetas desde el Corazón», es un ejemplo de cómo los cubanos se adaptan y buscan soluciones creativas ante las adversidades.