Ulises Pérez Cuevas, un veterano retirado de la Seguridad del Estado en Cuba, ha alzado su voz para denunciar las difíciles condiciones en las que vive tras haber dedicado su juventud a la defensa de la revolución cubana. A través de un video difundido por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), Pérez Cuevas compartió su historia, marcada por el sacrificio y la lealtad a un sistema que ahora parece haberlo olvidado.
Desde su temprana adolescencia, a los 14 años, Ulises se sumergió en las luchas clandestinas, y con el triunfo revolucionario de 1959, fue enviado a La Habana para integrarse a las filas de la Seguridad del Estado. Su compromiso lo llevó incluso más allá de las fronteras cubanas, cumpliendo misiones en Vietnam, Laos y Camboya, donde pasó un año en cada país, sumergido en los conflictos y desafíos de aquellos tiempos.
A pesar de su dedicación, Ulises enfrenta hoy una realidad desalentadora. Con una pensión de apenas 1,500 pesos cubanos, el veterano lucha para cubrir sus necesidades básicas en un contexto donde la inflación y la escasez agudizan la crisis. «Estoy pasando hambre», confiesa con pesar, señalando que el dinero que recibe no es suficiente para sostenerse en un país donde los precios de los alimentos son exorbitantes.
La imagen de Ulises, desaliñado y visiblemente afectado por su situación, contrasta con la de un hombre que una vez luchó por ideales que creía justos. Ahora, su día a día se reduce a buscar sustento en un comedor gubernamental que ofrece raciones insuficientes, donde incluso la «caldosa» que adquiere por 10 pesos adicionales es más agua que alimento.
Este año, la situación se ha vuelto aún más crítica, con la escasez golpeando las bodegas y carnicerías del país. «Esto está muy malo», lamenta Ulises, reflejando la desesperanza de muchos que, como él, se sienten abandonados por un sistema al que un día juraron servir.
La historia de Ulises Pérez Cuevas es un testimonio desgarrador de las realidades que enfrentan muchos veteranos en Cuba, quienes tras dedicar su vida a la causa revolucionaria, se encuentran en el ocaso de sus días lidiando con la indiferencia y el olvido de aquellos a quienes una vez sirvieron.