Cayo Saetía, una isla de 42 kilómetros cuadrados situada en la cayería norte de Cuba, es un enclave singular que ha permanecido en gran medida al margen de la atención turística y gubernamental. Este cayo, envuelto en densos bosques, fue en la década de 1970 un lugar de caza para altos funcionarios del Partido Comunista de Cuba, incluidos Fidel y Raúl Castro, quienes disfrutaban de la caza de ciervos y cerdos en sus exuberantes parajes.
Desde la década de 1980, Cayo Saetía alberga una sorprendente variedad de fauna exótica, con especies traídas de países como Etiopía, Namibia, Angola, Mozambique, India y China. Estos animales fueron un regalo a Cuba en agradecimiento por su apoyo durante tiempos difíciles, y han encontrado en el cayo un hogar lejos de sus tierras natales.
La única instalación hotelera de la isla, Villa Cayo Saetía, ofrece a los visitantes la oportunidad de degustar platos exóticos elaborados con la carne de algunos de estos animales, como el eland y el nilgai, en un entorno donde la escasez de alimentos básicos contrasta con la abundancia de especies exóticas.
El paisaje de Cayo Saetía es impresionante, con playas de aguas azules y valles llenos de vegetación tropical. La isla es un refugio para una amplia gama de especies, desde iguanas y pavos reales hasta águilas y caballos salvajes. Los visitantes pueden explorar este paraíso natural en un jeep soviético de los años 80, descubriendo animales como avestruces, antílopes y búfalos de China en su hábitat.
Para mantener el equilibrio ecológico de la isla, se organizan cacerías controladas, ya que los herbívoros introducidos carecen de depredadores naturales. La reserva, creada en 1983 como coto de caza, se ha convertido en un santuario para estos animales, que son cuidados por un equipo de veterinarios y cuidadores.
Villa Cayo Saetía está gestionada por el Grupo Gaviota, vinculado al ejército cubano, y su acceso está estrictamente controlado. La isla también alberga un campamento para jóvenes pioneros, donde se inculcan ideales comunistas.
A pesar de su belleza y singularidad, Cayo Saetía sigue siendo un tesoro oculto, poco conocido incluso entre los cubanos y los turistas que visitan la isla. Este rincón de Cuba, con su mezcla de naturaleza salvaje y fauna exótica, ofrece una experiencia única lejos de los destinos turísticos convencionales.