La curiosa comunidad de Cuba cuyas calles tienen forma de estrellas

Redacción

En el corazón de San Cristóbal, municipio perteneciente a la provincia de Artemisa, se erige una singular joya arquitectónica que distingue a Cuba: la comunidad de Los Pinos, única en su género por su diseño estelar. Este enclave, con más de cincuenta años de historia, se despliega en una configuración donde 503 viviendas se armonizan para dar vida a dos estrellas, con casas de dos plantas que delinean las puntas y residencias independientes que conforman la base y el núcleo de cada figura.

La génesis de Los Pinos se remonta a 1960, bajo la visión de los arquitectos Juan Pérez Moreno y Fernando Martínez Alpeítia. Extendida sobre 213 860 metros cuadrados, esta urbanización se asienta sobre lo que fue el camino principal del área, trazando su curso a través de las actuales calles Manuel Ascunce y Menelao Mora, hacia lo que se conocía como el “Barrio de las Lágrimas”.

Felina González Hernández, directora del Museo Municipal y erudita en la historia local, señala que la construcción se caracterizó por su celeridad, con el objetivo de proporcionar hogares a los campesinos de la región. Para el 11 de junio de 1961, el Departamento de Viviendas Campesinas del Instituto Nacional de Reforma Agraria había erigido 342 viviendas, incluyendo 60 de dos niveles.

El empeño constructivo, que movilizó a 542 obreros, culminó el 8 de septiembre de 1962 con la entrega de las primeras 100 viviendas a la comunidad campesina. La edificación incorporó técnicas modernas, empleando carpintería avanzada, bloques, columnas, losas, una planta móvil de hormigón y una red eléctrica de vanguardia. Las vías se pavimentaron con granito y se instalaron bancos alrededor de los centros educativos para el esparcimiento familiar, elementos que aún perduran.

En 1981, Los Pinos fue oficialmente reconocida en la Nomenclatura Nacional de Lugares Habitados como una comunidad urbana, gracias a contar con infraestructuras clave como escuelas y centros de salud. Documentos históricos del Archivo Municipal revelan que el terreno sobre el cual se asienta Los Pinos formaba parte del hato Mayarí, otorgado a Josefa Chacón por el Cabildo Habanero en el siglo XVII.