La historia de Pedro Junco, el célebre compositor cubano detrás del inmortal tema «Nosotros», se ha tejido con hilos de mito y realidad, creando una narrativa tan dramática como su propia música. Fallecido prematuramente a los 23 años en La Habana, su muerte se convirtió en una leyenda, alimentada por la coincidencia de su partida con el estreno de su obra más exitosa en la radio nacional, un momento que parecía sacado de una película.
Junco murió en la clínica «Damas de la Covadonga», en el Vedado, en una noche marcada por la música de René Cabel que resonaba en su habitación. La enfermedad que lo consumía, oficialmente tuberculosis, había mostrado sus garras desde septiembre de 1942, aunque inicialmente se le recomendó solo reposo. Su aspecto saludable y vigoroso ocultaba la gravedad de su condición.
A pesar de los síntomas y la sombra ominosa en su radiografía pulmonar, el diagnóstico de tuberculosis no fue concluyente. El Dr. Pedro González Batlle, amigo y médico de la familia, dudaba de la presencia del bacilo de Koch en el joven Junco, lo que llevó a un traslado a La Habana en busca de respuestas más claras.
La negación de Junco sobre su enfermedad, incluso públicamente, reflejaba un optimismo que se alimentaba del éxito creciente de su música. Su vida en la capital se llenó de promesas y proyectos, con la música como su refugio y pasión. Sin embargo, su salud volvió a flaquear, y un paseo nocturno bajo la lluvia pareció sellar su destino.
El certificado de defunción de Junco menciona «Anoxemia» y «Bronconeumonía» como causas de su muerte, descartando la tuberculosis que muchos habían asumido. Este documento, aunque esclarece el misterio médico, no logra desvanecer el aura mítica que rodea la vida y muerte de este joven talento.
La figura de Pedro Junco, con su breve pero brillante carrera, su muerte temprana y el legado de su música, continúa fascinando tanto por lo que se sabe como por lo que se especula. Su historia, entretejida con la de su icónica canción «Nosotros», permanece como un testimonio del arte que trasciende la vida y la muerte, dejando una huella imborrable en la cultura musical cubana y mundial.