La dura realidad de Misleydis, la madre cubana que canta en el Malecon de La Habana para mantener a sus hijos

Redacción

En las calles de La Habana, donde la historia y la cotidianidad se entrelazan, emerge la conmovedora historia de Misleydis Casanova Matos, una madre soltera que enfrenta desafíos que van más allá de la comprensión de muchos. Su vida, marcada por la adversidad y la lucha incansable por el bienestar de sus hijos, es un testimonio de la fortaleza humana en medio de las circunstancias más difíciles.

Misleydis, residente de la Carretera de Casablanca en el consejo popular de Casablanca, municipio Regla, es madre de tres niños, cada uno enfrentando sus propias batallas de salud. La mayor, Leydi Marian, lucha contra el asma crónica y una hernia umbilical que requiere atención quirúrgica. Alejandro, el mediano, también asmático y alérgico, trata de llevar una vida normal asistiendo a la secundaria. El más pequeño, Adriel de Jesús, enfrenta desafíos aún mayores con múltiples patologías, incluyendo trastornos del neurodesarrollo y desnutrición, que lo mantienen bajo el cuidado constante de especialistas.

La situación de Misleydis se complica aún más por su propio estado de salud, con trastornos del lenguaje y problemas neurológicos y psicológicos que hacen su día a día aún más desafiante. A pesar de recibir una prestación monetaria, esta resulta insuficiente para cubrir las necesidades básicas de su familia, especialmente en una vivienda en estado crítico de deterioro.

La casa, un usufructo gratuito que data de 1995, se encuentra en condiciones deplorables, con una estructura de madera carcomida por el tiempo y el comején, un piso de tierra y un techo incapaz de ofrecer refugio durante las lluvias. La falta de servicios sanitarios adecuados y una cocina funcional agravan la situación, dejando a Misleydis y su familia en una vulnerabilidad extrema.

A pesar de los esfuerzos por buscar ayuda en la dirección municipal de vivienda, la burocracia y la pérdida de su expediente han dejado a Misleydis sin respuestas ni soluciones. La promesa de un nuevo expediente que excluye a sus padres, también en necesidad de asistencia, y la confusión sobre una supuesta vivienda asignada en San Miguel del Padrón, solo han añadido frustración a su ya desesperada situación.

Es importante abordar la situación de Misleydis con sensibilidad y comprensión, reconociendo sus desafíos mentales y emocionales. La ayuda que necesita debe ser brindada con amor y respeto, evitando cualquier acción que pueda agravar su estado.