Leocadia y el Hermano José, las dos tumbas enigmáticas que más visitan los santeros en Cuba

Redacción

El Cementerio de Colón, uno de los camposantos más emblemáticos y visitados de La Habana, Cuba, alberga entre sus numerosas y artísticas tumbas dos que destacan particularmente por la devoción y el misterio que las rodea. La primera es la de Amelia Goyri, conocida cariñosamente como «La Milagrosa», cuya historia de fe y milagros ha trascendido generaciones. La segunda, no menos fascinante, es la tumba de Leocadia Pérez Herrera, venerada como el Hermano José, un espíritu que, según cuentan, ofrecía consuelo y soluciones a quienes acudían en busca de su ayuda.

Leocadia Pérez Herrera, nacida en 1893 en Guiñes, se trasladó al municipio habanero de Arroyo Naranjo, donde su reputación como médium espiritista creció hasta alcanzar notoriedad. Su templo, ubicado cerca del Café Colón en La Víbora, se convirtió en un lugar de peregrinación para cientos de personas que buscaban la intervención del Hermano José, el espíritu de un esclavo que Leocadia canalizaba durante sus consultas. Entre los visitantes se contaban figuras de renombre de la época, lo que añadía aún más misticismo a su figura.

La práctica espiritista de Leocadia y el Hermano José se distingue por no estar directamente relacionada con las ceremonias religiosas afrocubanas, sino más bien con una corriente espiritista más amplia. Esto no ha impedido que su tumba, adornada con una estrella de siete puntas y siete colores, se convierta en un lugar sagrado para aquellos que buscan orientación espiritual y milagros.

Los mitos y leyendas que rodean la figura de Leocadia y el Hermano José son tan ricos como variados. Uno de los relatos más evocadores es el del retrato del Hermano José, que un pintor ciego habría realizado bajo la aparición del espíritu. Este cuadro, que se dice fue enterrado junto a Leocadia, se convirtió en un símbolo poderoso de su conexión con el más allá, especialmente cuando los testigos afirmaron que la imagen del esclavo se desvanecía a medida que el cuerpo de Leocadia era sepultado.

La tumba de Leocadia Pérez Herrera en el Cementerio de Colón sigue siendo un lugar de peregrinación para muchos, incluso décadas después de su muerte. La devoción que despierta el Hermano José refleja la profunda conexión que los cubanos mantienen con el mundo espiritual, una relación que trasciende las barreras del tiempo y del espacio. En este rincón de La Habana, las historias de fe, esperanza y misterio se entrelazan, ofreciendo un testimonio de la rica tapestria cultural y espiritual de Cuba.