La historia de una cubana con un padre lavaplatos que terminó dirigiendo una compañía de 30 mil millones de dólares

Redacción

Geisha Williams es un nombre que resuena con fuerza en el mundo corporativo de Estados Unidos, no solo por su posición de liderazgo en una de las mayores compañías del país, sino también por su inspiradora historia de vida, que es un testimonio del «sueño americano». Nacida en Cuba y llegada a Estados Unidos a la tierna edad de cinco años, Williams y su familia enfrentaron las dificultades típicas de los inmigrantes: la adaptación a una nueva cultura, el idioma y la lucha por establecerse económicamente desde cero.

La historia de Williams es particularmente conmovedora y motivadora, ya que refleja la transición de una niña inmigrante a la primera ejecutiva de origen hispano, y específicamente cubano, en liderar una empresa dentro del prestigioso grupo de las Fortune 500 en Estados Unidos. Al frente de PG&E, una gigante en la industria de la energía valorada en casi 30.000 millones de dólares y responsable de suministrar gas natural y electricidad a unos 16 millones de clientes en California, Williams ha demostrado que el origen humilde no es un obstáculo para alcanzar las más altas cimas del éxito profesional.

La historia de sus padres, refugiados políticos que llegaron a Minnesota en 1967, es un relato de resiliencia y determinación. Su padre, un expreso político en Cuba, y su madre, se esforzaron en trabajos múltiples para asegurar un futuro para su familia. Eventualmente, lograron establecer una pequeña tienda de víveres, primero en New Jersey y luego expandiéndose a Florida, donde Williams pasó sus tardes de juventud trabajando y aprendiendo el valor del esfuerzo y la dedicación.

La educación jugó un papel crucial en la vida de Williams. Siendo la primera en su familia en asistir a la universidad, se graduó en Ingeniería Industrial por la Universidad de Miami y más tarde obtuvo una maestría en Administración de Negocios por la Universidad Nova Southeastern. Fue durante su trabajo a medio tiempo en Florida Power and Light donde descubrió su pasión por la industria energética, un sector que considera el «habilitador silencioso» de la economía y la sociedad.

La trayectoria de Williams hacia la cima no estuvo exenta de desafíos. En un mundo corporativo donde las mujeres, y en particular las mujeres latinas e inmigrantes, raramente ocupan posiciones de alta dirección, ella se preguntaba constantemente «¿Por qué no yo?». Esta interrogante no solo la impulsó a aspirar a más, sino que también la llevó a cuestionar y eventualmente derribar las barreras implícitas en el camino hacia el liderazgo.

En 2017, Williams hizo historia al convertirse en la primera directora general de origen latino de una compañía Fortune 500, marcando un hito no solo para ella sino para la comunidad hispana y para las mujeres en el ámbito empresarial. Bajo su liderazgo, PG&E alcanzó su objetivo de generar un tercio de su electricidad a partir de fuentes renovables antes del año 2020, demostrando su compromiso no solo con el éxito empresarial, sino también con la sostenibilidad y la responsabilidad corporativa.