El fin de semana pasado, el Hotel Iberostar Grand Packard en La Habana se llenó de música, comida exquisita y celebraciones, todo en nombre del Festival Cuba Sabe 2024. Entre los asistentes destacaban los familiares del presidente Miguel Díaz-Canel, encabezados por su esposa, Lis Cuesta, quien se encargó de organizar el evento en colaboración con su chef personal y su hijastro.
La presencia de Cuesta, quien prefiere no ser etiquetada como primera dama, marcó el tono del festival gastronómico y cultural que tuvo lugar en el prestigioso hotel. Con el respaldo de su chef personal, el español Miguel Ángel Jiménez Martínez, la organización culinaria estuvo impecable.
El entretenimiento musical estuvo a cargo de Miguel Díaz-Canel Villanueva, hijo del mandatario cubano, y su banda De Cuba. Interpretando tanto temas originales como covers, la música en vivo añadió un toque especial a la celebración, que atrajo a los asistentes con una mezcla de deleite gastronómico y entretenimiento.
Aunque la edición de este año del Cuba Sabe ha sido notablemente opaca en términos de publicidad en redes sociales y presencia mediática, la jornada inaugural contó con la presencia del embajador de España en La Habana, Ángel Martín Peccis. Este respaldo internacional subraya el deseo del régimen de convertir el festival en un evento gastronómico de renombre regional.
Sin embargo, detrás de las festividades, persiste una realidad contrastante. Mientras la élite disfruta de banquetes y entretenimiento de lujo, la población cubana enfrenta una crisis alimentaria cada vez más severa. Informes recientes del Ministerio de Comercio Interior revelan fallas en el aseguramiento de productos básicos, contribuyendo a la escasez generalizada de alimentos.
La implementación de la Tarea Ordenamiento desde enero de 2021 ha exacerbado la situación, con una inflación creciente y una oferta insuficiente de productos esenciales. El Programa Mundial de Alimentos de la ONU ha identificado esta reforma como un factor clave en la crisis alimentaria del país, destacando la deficiencia nutricional y la falta de acceso a alimentos adecuados para la mayoría de los cubanos.
A pesar de estas dificultades, la élite política cubana continúa celebrando en eventos como el Cuba Sabe, mientras la población lucha por satisfacer sus necesidades básicas.