El gobierno de Cuba ha puesto a disposición de particulares y micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes) una serie de vehículos de segunda mano a precios sorprendentemente altos, lo que ha generado un amplio debate entre la población. Un video que circula en la plataforma TikTok, bajo el usuario Cocosos, muestra cómo un Toyota de gasolina, con evidentes signos de desgaste y problemas de pintura, se ofrece a 30,000 dólares para compradores individuales y a 13,000 dólares para aquellos que deseen adquirirlo a través de una mipyme.
La situación se complica aún más cuando se observa que cada vehículo disponible para la venta presenta algún tipo de fallo mecánico o estético, desde problemas en la carrocería hasta fallos en el sistema de reconocimiento de llaves o en componentes mecánicos esenciales como la correa de distribución o las bujías. A pesar de estos defectos, los precios se mantienen elevados, lo que ha causado descontento entre los posibles compradores.
Estos automóviles, que acumulan una considerable cantidad de kilómetros debido a su uso previo en el sector turístico, son retirados de la flota de alquiler una vez que comienzan a presentar problemas y son puestos a la venta para la población a precios exorbitantes. Esta práctica se ha intensificado tras la pandemia, cuando el gobierno cubano comenzó a ofrecer vehículos en Moneda Libre Convertible (MLC), algunos de los cuales se vendían a precios hasta cuatro veces superiores a su valor de mercado internacional, incluso considerando vehículos nuevos.
La Corporación Cimex.SA es una de las entidades encargadas de gestionar estas ventas, y una de sus agencias ubicadas en el municipio Playa, La Habana, se especializa en la comercialización de estos vehículos de segunda mano.
Desde el año 2023, las mipymes cubanas han comenzado a importar vehículos desde Estados Unidos, lo que ha introducido en el mercado local modelos más modernos de marcas reconocidas como Audi, Toyota y Mercedes Benz, entre otras. Este nuevo fenómeno ha sido impulsado por los denominados “nuevos actores económicos” del régimen, que buscan satisfacer la demanda de vehículos en la isla a través de la importación.