Anciano cubano en Holguín muestra lo que es capaz de comprar con 860 pesos

Redacción

En Holguín, un anciano cubano compartió en redes sociales la modesta compra que pudo hacer con casi la mitad de su pensión mensual, evidenciando la crítica situación económica que enfrentan muchos en la isla, especialmente los jubilados.

Manuel García Verdecia, un respetado poeta, narrador y traductor, publicó en su perfil de Facebook una imagen de su reciente adquisición: diez plátanos machos y una fruta bomba, por los que pagó 860 pesos de su pensión de 1,700 pesos. “¿Cómo se supone que ejerza la resistencia creativa aquí? La única opción que se me ocurre es dejar de comer…”, comentó con una mezcla de ironía y resignación.

Esto que ven ahí abajo, 10 plátanos y una fruta bomba, me costó $860, de una pensión de $1 700… Cómo se aplica aquí la resistencia creativa? Solo se me ocurre no comer…

Posted by Manuel García Verdecia on Wednesday, February 7, 2024

La publicación de García Verdecia generó una ola de reacciones y comentarios de otros cubanos, consternados por los exorbitantes precios de los alimentos básicos en el país. Entre los comentarios, se destacaron las voces de otros jubilados que compartían su frustración y desesperanza ante una realidad que les obliga a elegir entre alimentarse o cubrir otras necesidades básicas con sus limitados ingresos.

“Esto parece más un plan de exterminio demográfico que una política económica”, comentó amargamente un escritor, mientras que una anciana añadió: “La mejor resistencia creativa parece ser no comer, considerando lo que cuesta un rollo de papel higiénico”.

La indignación fue unánime, con comentarios que criticaban la falta de sensibilidad y la desconexión de las autoridades con las penurias diarias de la población. “Es una vergüenza que sigan pidiendo sacrificios y paciencia a quienes ya han dado todo por el país”, expresó un trabajador por cuenta propia.

La situación descrita por García Verdecia y sus seguidores pinta un cuadro sombrío de la realidad cubana, donde incluso los más básicos placeres de la vida, como disfrutar de una simple fruta, se han convertido en un lujo inalcanzable para muchos. La crisis económica, agravada por políticas gubernamentales ineficaces, sigue golpeando duro a los más vulnerables, dejando en evidencia la urgente necesidad de cambios profundos en la isla.