El régimen cubano ha anunciado recientemente una serie de actualizaciones y mejoras en el Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana, con el objetivo de modernizar las instalaciones y mejorar la experiencia de los viajeros. Las renovaciones, que abarcan principalmente las Terminales 2 y 3, buscan ampliar las capacidades y eficientizar los servicios ofrecidos a los pasajeros.
En la Terminal 3, dedicada a los vuelos internacionales, se ha puesto en marcha una nueva cinta transportadora en la zona de salidas, lo que ha permitido duplicar la cantidad de mostradores de atención al pasajero, pasando de 24 a 48. Además, se ha construido un nuevo edificio destinado a la gestión de equipajes extraviados, mejorando así el servicio de Lost and Found. La climatización también ha recibido un impulso significativo, con un aumento de 22 toneladas de capacidad de refrigeración, y se han instalado cuatro nuevos ascensores, incluyendo dos panorámicos y dos adaptados para personas con movilidad reducida.
En el área de llegadas de la Terminal 3, se ha reorganizado el flujo de pasajeros, incrementando en un 70% la capacidad de aquellos que utilizan el canal verde, es decir, aquellos que no requieren control físico de su equipaje. Esta mejora ha sido posible gracias a reparaciones importantes en los cuatro carruseles de equipaje y la instalación de tres equipos de rayos X de última generación.
La Corporación de la Aviación Cubana (CACSA) ha informado que durante el año se adquirieron un total de 32 equipos de rayos X, además de nuevos sistemas de climatización que se espera estén operativos a lo largo del año.
En cuanto a la Terminal 2, se han realizado modificaciones en los flujos y reformas estructurales que han permitido expandir las capacidades tanto en la zona de llegadas como en la sala de espera final, que ahora puede acoger hasta 600 pasajeros en horas punta.
A pesar de estas mejoras, el Aeropuerto José Martí sigue siendo objeto de críticas por parte de los viajeros, especialmente por las largas esperas en las colas para los controles de Inmigración y Aduanas. Además, se mantiene la restricción de acceso a la terminal únicamente para los pasajeros que van a viajar, una medida implementada durante la pandemia que parece haberse convertido en permanente.
CACSA destaca que, a pesar de la crisis económica, se han realizado inversiones significativas que se traducirán en una mejora en la calidad de los servicios aeroportuarios. Entre otros avances en la infraestructura aeroportuaria del país, se menciona la inauguración de una nueva torre de control en el Aeropuerto Internacional Frank País de Holguín y la instalación de escaleras eléctricas en los aeropuertos internacionales Juan Gualberto Gómez de Matanzas y Jardines del Rey de Ciego de Ávila.
Además, se ha destacado la implementación de un Sistema Automatizado para el Control de Tránsito Aéreo, desarrollado por especialistas cubanos, y el avance en el proceso de pavimentación de las pistas, que ha alcanzado un 80% de ejecución. Estas mejoras forman parte de un esfuerzo continuo por modernizar la infraestructura aeroportuaria de Cuba y ofrecer una experiencia más agradable y eficiente a los viajeros.
