La reciente feria organizada por el Ministerio de Comercio Interior (Mincin) en Cuba ha desatado una ola de críticas y burlas entre los ciudadanos, quienes han catalogado el evento como un reflejo de la “mediocridad gubernamental” y la “decadencia en su apogeo”. Los asistentes se encontraron con productos mal etiquetados, como “saltenes eléctricos”, “bulbujeros” y “gomas de borral”, así como con bombones de chocolate con formas inapropiadas, que han sido ampliamente comentados en las redes sociales.
Abelardo Mena, un reconocido curador de arte, compartió en su perfil de Facebook imágenes de estos productos, destacando la venta de chocolates con formas de genitales y excrementos. Esta peculiar oferta ha generado un debate sobre los límites del buen gusto y la pertinencia de tales productos en un evento público, especialmente considerando que los niños son uno de los principales consumidores de dulces.
Los comentarios en las redes sociales no se han hecho esperar, con muchos usuarios expresando su descontento y preocupación por la pérdida de valores y la promoción de la vulgaridad en la sociedad cubana. Algunos lamentan que se aplaudan comportamientos inapropiados y se confundan las fronteras del respeto y la decencia.
A pesar de las críticas, algunos internautas, como Yunior González, señalan que los productos más polémicos fueron los primeros en agotarse, lo que sugiere una aceptación por parte de cierto sector del público. Este fenómeno ha llevado a reflexiones sobre el mal gusto como un “virus” que se extiende en la sociedad cubana actual.
Este no es el primer incidente que pone en tela de juicio las decisiones del Mincin. Hace unas semanas, se reportó la venta de un producto de limpieza de la empresa estatal Suchel etiquetado como crema dental, lo que añade otra capa de absurdo a la situación.