¡Atentos! Régimen cubano sigue aceptando remesas desde el exterior, pero “incidencias técnicas” impiden que las personas puedan cobrar el dinero en la isla

Redacción

La empresa estatal FINCIMEX, encargada de gestionar las remesas en Cuba, se encuentra en el centro de la polémica tras las denuncias de varios clientes que afirman que, a pesar de una supuesta “incidencia técnica” que ha estado impidiendo el cobro de remesas desde finales de enero, la entidad continúa recibiendo transferencias del exterior sin informar adecuadamente a los remitentes sobre esta situación.

El Banco Metropolitano S.A. (Banmet) emitió un comunicado que encendió las alarmas entre los beneficiarios de remesas en la isla, al sugerir que contactaran con FINCIMEX para resolver sus inquietudes, sin proporcionar detalles sobre la naturaleza del problema. Este anuncio ha generado una ola de críticas por parte de los afectados, quienes acusan a la financiera, perteneciente al conglomerado GAESA controlado por las fuerzas armadas del régimen, de falta de transparencia y posible fraude.

La situación ha desatado una serie de comentarios en las redes sociales, donde los clientes expresan su frustración y descontento ante la falta de claridad y soluciones por parte de FINCIMEX y Banmet. Algunos usuarios relatan que llevan semanas esperando el dinero enviado desde el extranjero, sin recibir una explicación satisfactoria ni una fecha estimada para la resolución del problema.

La situación se agrava al considerar que las remesas constituyen una de las principales fuentes de ingresos para muchas familias cubanas, especialmente en un contexto de crisis económica agudizada por la pandemia y las sanciones internacionales. La demora en el cobro de estas transferencias no solo afecta a los destinatarios en la isla, sino también a los remitentes en el extranjero, quienes confiaron en el sistema para apoyar a sus seres queridos.

Este incidente se suma a una serie de medidas económicas recientes que han generado incertidumbre y descontento entre la población cubana, como la paralización del anunciado aumento de los precios del combustible y otros servicios públicos, así como la destitución de varios ministros, incluido el de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández.

La falta de información oficial y la opacidad en la gestión de esta crisis por parte de las autoridades cubanas solo aumentan la desconfianza y el malestar entre los ciudadanos, que se ven afectados por decisiones gubernamentales erráticas y la ausencia de un diálogo abierto y transparente sobre los problemas que enfrenta el país.