El Parque Lenin, situado en el municipio de Boyeros en La Habana, fue inaugurado en 1972, llevando el nombre del icónico líder comunista ruso Vladimir Ilich Lenin. Durante la era del socialismo, este parque se erigió como uno de los destinos recreativos predilectos para las familias cubanas, ofreciendo una variedad de atracciones que incluían piscinas, una presa, alquiler de caballos y ponis, zonas para acampar, un acuario, diversos restaurantes y un parque de diversiones, cuya anhelada reapertura está programada para el próximo domingo.
Sin embargo, el esplendor del parque comenzó a desvanecerse en la década de los 90, en medio de los desafíos económicos del Periodo Especial. La variedad y calidad de las opciones gastronómicas disminuyeron significativamente y las instalaciones empezaron a ser devoradas por la vegetación, sumiéndose en el abandono.
Las atracciones, que una vez fueron el corazón del parque, empezaron a fallar y muchas dejaron de operar. En 2017, un trabajador del parque reveló que los esfuerzos por reparar la montaña rusa, una de las favoritas de los visitantes más jóvenes, se habían detenido abruptamente.
“Habíamos comenzado a pintar la montaña rusa y de repente nos ordenaron detener todo. Es una lástima, porque es la atracción que más busca la gente que nos visita”, explicó el empleado.
Respecto al tobogán acuático, ni siquiera se contemplaban planes para su restauración, según el mismo trabajador.
“El tobogán ha sido completamente olvidado. De vez en cuando tenemos que vaciar el estanque para evitar la acumulación de agua de lluvia, que termina siendo un criadero de mosquitos. Pero parece que no hay solución a la vista”, comentó.
Curiosamente, estas atracciones no se mencionan en la lista de entretenimientos disponibles actualmente en el Parque Lenin.
La presa del parque, que en su momento fue un lugar de esparcimiento, ganó notoriedad en las redes sociales hace casi un año por un motivo menos alegre.