Vecinos de La Habana siembran matas de plátano en un gran bache en la calle

Redacción

En un acto de ingenio y protesta silenciosa, los residentes del municipio Cerro, en La Habana, han transformado un enorme bache en medio de la calle en un inesperado jardín de plátanos. La singular iniciativa, capturada y compartida en redes sociales por Yulier Rodríguez, muestra dos robustas matas de plátano brotando en el corazón de un cráter urbano, en la calle Santa Teresa, cerca del Hospital Pediátrico del Cerro. Esta intervención urbana, más allá de su aparente humor, refleja la frustración de los ciudadanos ante la negligencia y el deterioro de la infraestructura local.

La imagen, que rápidamente se viralizó, ha generado una mezcla de reacciones entre los internautas, oscilando entre la incredulidad y el humor. Algunos la ven como una muestra de resiliencia y creatividad, mientras que otros la interpretan como un símbolo del abandono gubernamental. La escena, descrita por Rodríguez como “¡Bienvenidos a la jungla!”, ha sido objeto de comentarios que van desde la resignación hasta la sátira, con usuarios que sugieren desde la “ruralización” de La Habana hasta la aparición de King Kong entre los plátanos.

¡Bienvenidos a la jungla!

Posted by Yulier Rodriguez on Wednesday, January 31, 2024

Este no es el primer caso en que los cubanos recurren a la agricultura urbana de manera improvisada como forma de llamar la atención sobre el mal estado de sus calles. Anteriormente, en Matanzas, los vecinos de la calle Mujica tomaron una medida similar al sembrar maíz, plátano, malanga y calabaza en un bache de su calle, que llevaba años en mal estado. La iniciativa, que también se hizo viral, finalmente motivó a las autoridades a iniciar trabajos de reparación en la zona.

La situación en el Cerro y en Matanzas refleja una realidad más amplia en Cuba, donde la infraestructura urbana sufre por la falta de mantenimiento y atención gubernamental. Los baches se convierten en espacios de expresión ciudadana, donde la naturaleza reclama su lugar en el asfalto y los residentes encuentran formas creativas de lidiar con su entorno. Estas “junglas” urbanas, aunque nacen de la necesidad y la frustración, también demuestran la capacidad de adaptación y el sentido del humor de los cubanos ante las adversidades.