César Évora, de abandonar Cuba con 42 dólares en el bolsillo a triunfar como galán en México

Redacción

César Évora, a sus sesenta años, sigue cautivando corazones con su indiscutible talento y esa voz que tanto caracteriza y distingue su presencia en el mundo de la actuación. Desde sus primeros días, esa voz grave y única le abrió puertas y le permitió vivir experiencias inolvidables. Aún recuerda cómo, siendo apenas un niño en la escuela, era el elegido para recitar poesías, destacando desde temprana edad en el arte de la declamación.

No obstante, su llegada a Estados Unidos marcó un antes y un después, enfrentándose a prejuicios por su marcado acento cubano. A pesar de los obstáculos, Évora no se dejó desanimar. Su formación académica comenzó en un campo completamente distinto, la Geofísica, una carrera que eligió más por evasión que por vocación. Sin embargo, su verdadera pasión lo llevó a graduarse en 1986 de la Facultad de Artes Escénicas del Instituto Superior de Arte, complementando su formación con cursos de asistente de dirección.

Su carrera en Cuba fue meteórica, convirtiéndose en un rostro familiar y querido en la televisión cubana, especialmente recordado por su papel en el policíaco “Día y Noche”. Además, su participación en el cine cubano le granjeó reconocimiento y aplausos, con actuaciones memorables en películas como “Una novia para David” y “La Bella del Alhambra”.

La vida de Évora tomó un giro radical al dejar Cuba. Llegó a México con apenas 42 dólares en el bolsillo, pero con una determinación férrea de triunfar. Televisa le brindó una oportunidad que cambió su destino, ofreciéndole un contrato que se renovaría con el tiempo debido a su éxito y dedicación. En México, no solo encontró un nuevo hogar para su carrera sino también el amor, al conocer a Vivian Domínguez, quien se convertiría en su esposa.

Évora es un pilar en el mundo de las telenovelas mexicanas, participando en éxitos rotundos como “Laberintos de pasión” y “Abrázame muy fuerte”, entre muchos otros. Su vida personal también ha sido rica y plena, con tres hijos que son el centro de su mundo.

Adoptando la nacionalidad mexicana en 1999, César Évora se ha consolidado como uno de los actores más queridos y respetados, tanto en México como internacionalmente. Su carisma, talento y esa voz inconfundible lo han convertido en un ícono de la actuación, un verdadero galán que, a pesar de los años, sigue dejando una huella imborrable en el corazón de sus seguidores.