Luis Alberto García, una de las figuras más emblemáticas del cine cubano, se mantiene humilde a pesar de su renombre. “Sí, la gente en Cuba me reconoce”, admite con sencillez, “pero eso no me hace sentir por encima de nadie. Todos somos cubanos al fin y al cabo”.
Nacido en La Habana en 1961, Luis Alberto siempre tuvo claro que su vocación era la actuación, influenciado por su padre, también actor, del mismo nombre. Tras culminar sus estudios en el Instituto Superior de Arte de La Habana en 1984, su carrera despegó con su participación en “Algo Más Que Soñar”, una serie televisiva que marcó un antes y un después en la televisión cubana y en su trayectoria profesional.
Su debut en el cine llegó en 1986 con el cortometraje “Dolly Back”, dirigido por Juan Carlos Tabío, y desde entonces ha encarnado más de 60 personajes principales en el cine cubano, destacándose en filmes como “Clandestinos”, “Plaff”, “Adorables Mentiras”, “Guantanamera”, entre otros. Su talento le ha valido numerosos reconocimientos y le ha permitido representar al cine cubano internacionalmente.
Aunque ha incursionado en televisión y teatro, Luis Alberto confiesa su preferencia por el cine. “El teatro es agotador y en Cuba, como en cualquier lugar, vivir solo del teatro es complicado. La televisión, por su parte, suele sacrificar la calidad por la rapidez”, explica.
La presencia de Luis Alberto en pantalla es magnética, no solo por su imponente físico, sino por su habilidad para navegar con naturalidad entre la lógica y la pasión en sus interpretaciones. De los cuatro hermanos, él fue el único que siguió los pasos de su padre en la actuación, una decisión que considera afortunada.
Aunque ha tenido una carrera exitosa en Cuba y en el extranjero, Luis Alberto aún sueña con Hollywood. “Es un sueño, pero vivir en Cuba lo hace complicado. Aunque hablo inglés, improvisar en ese idioma sería un reto. Pero con un buen entrenamiento, creo que podría lograrlo. A mis 54 años, aún podría interpretar a personajes mayores en Hollywood, si la vida me lo permite”, concluye con una sonrisa.
