Jorge Goliat, conocido en La Habana como un “curandero” de renombre, ha capturado la atención de muchos con su inusual método de tratamiento, utilizando un machete para realizar procedimientos que él considera quirúrgicos en su hogar del reparto Abel Santamaría. Su popularidad ha crecido especialmente en el contexto de la actual crisis económica en Cuba, que ha llevado a una escasez de medicamentos y un aumento en la búsqueda de alternativas de medicina no convencional.
Según un reportaje de la agencia Reuters, que pasó un día documentando las actividades de Goliat, este sanador atiende a un promedio de 120 a 150 personas diariamente, quienes buscan alivio para diversas dolencias. Goliat, de 58 años, asegura que sus “pacientes” siempre se van satisfechos, reportando mejoras significativas en su bienestar.
La historia de cómo Goliat comenzó en este camino es tan peculiar como sus métodos; relata que hace más de tres décadas, un espíritu le encomendó la misión de sanar a las personas usando un machete. Desde entonces, estima haber atendido a miles de cubanos, ofreciendo esperanza a aquellos que no han encontrado soluciones en la medicina tradicional.
Entre sus “pacientes” se encuentran Oscar Iván López y su esposa Yolmari Casanova, quienes acudieron a él en busca de ayuda para concebir un hijo, después de que la medicina convencional no ofreciera respuestas a sus problemas de fertilidad. López, quien se sometió a un procedimiento en los testículos realizado por Goliat, expresó su deseo de explorar las “ciencias ocultas” como una posible solución.
Otro paciente, Leonides Lara, compartió su inicial escepticismo pero admitió haber sido convencido por la confianza que Goliat transmite a través de sus palabras y acciones.
A pesar del seguimiento de las autoridades cubanas hacia las prácticas de Goliat, debido a la gran devoción que le tienen sus seguidores, no se han tomado medidas en su contra, ya que técnicamente no está infringiendo ninguna ley. Goliat cobra 1,05 CUP (aproximadamente 0,04 USD) por consulta y afirma ser capaz de tratar cualquier dolencia en tan solo diez minutos.
Antes de cada “cirugía”, Goliat se viste con una bata verde de médico y se adorna con joyas de oro, preparándose para atender a sus pacientes con la seriedad y el ritual que caracterizan su inusual práctica de sanación.