En un giro económico significativo, el régimen cubano ha anunciado planes para intervenir en el mercado informal de divisas a partir de febrero. Aunque los detalles específicos de la intervención no fueron detallados, la Presidencia de Cuba ha señalado su compromiso de “redimensionar el mercado cambiario, intervenir en el informal y controlar el tipo de cambio en el país”.
El ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, reveló durante la reunión del Consejo de Ministros que están trabajando arduamente en estas medidas, reconociendo el impacto que tendrán en el fomento y estímulo productivo del país.
En un intento de revitalizar la economía, el gobierno cubano también busca “recuperar los flujos de remesas” y explorar la posibilidad de nuevas plataformas digitales para operaciones bancarizadas de cobros y pagos desde el exterior. Estas medidas reflejan la importancia estratégica que el régimen asigna a las remesas y al uso de tecnología digital para fortalecer las operaciones financieras internacionales.
Además, se planea implementar un “nuevo mecanismo para la asignación y gestión de la liquidez para todos los actores económicos” a partir de febrero. Gil Fernández asegura que esto conducirá a un funcionamiento más armónico de la economía, permitiendo avanzar hacia la autonomía de la empresa estatal. Sin embargo, estas iniciativas evocan la anterior estrategia de las tiendas en MLC, que no cumplieron con las expectativas de importación y comercialización.
Mientras el gobierno se prepara para desplegar estas estrategias, el dólar amanece a 285 pesos y el euro a 290 CUP. Este anuncio sigue a las acusaciones del primer ministro Manuel Marrero en diciembre, quien responsabilizó a los medios independientes cubanos por incentivar los altos precios y prometió cambios en la tasa oficial del dólar en 2024, aunque aún no se ha revelado en qué medida.
Gil ha reiterado que la intervención en el mercado informal de divisas es crucial para corregir una distorsión importante en la economía. A pesar de la incertidumbre que rodea a estas medidas, el régimen cubano busca transformar su panorama económico y abordar las distorsiones que han persistido en el mercado cambiario del país.