En un contexto de dificultades económicas en Cuba, Cayo Santa María se prepara para ser el anfitrión de un evento sin precedentes en la isla: un festival dedicado a la comunidad LGTBI. Este acontecimiento, programado para desarrollarse entre el 31 de julio y el 4 de agosto, marca un hito al ser el primer festival de su tipo en Cuba, según han anunciado los organizadores.
La expectativa es que el festival atraiga a alrededor de tres mil visitantes internacionales, provenientes de diversos puntos de América Latina y España, además de contar con la participación de la comunidad cubana local. Xabier Álvarez, representante de la agencia de viajes española detrás de este evento, ha expresado su intención de ofrecer una alternativa a los destinos turísticos masificados, promoviendo a Cayo Santa María como un lugar acogedor y abierto dentro del Caribe.
Bajo el nombre de “Spartacus”, el festival promete una experiencia de lujo, con alojamiento en hoteles cinco estrellas y un programa que incluye conciertos, espectáculos de transformismo, y exposiciones de pintura, escultura y fotografía. Sin embargo, los costos de participación, que oscilan entre los seiscientos y ochocientos euros sin incluir el vuelo, podrían limitar la asistencia de muchos cubanos, dada la situación económica del país.
Este evento se lleva a cabo en un momento en que Cuba enfrenta una grave crisis económica, con una población que lucha por satisfacer sus necesidades básicas. A pesar de este contexto, el festival busca celebrar la diversidad y la inclusión, en un país que ha tenido un historial de discriminación hacia la comunidad LGBTI. No obstante, en los últimos años, se han observado avances significativos en materia de derechos, como la aprobación del matrimonio igualitario.
La organización del festival reconoce los desafíos pasados pero enfatiza el cambio positivo en la actitud hacia el turismo LGTBI en Cuba, describiendo a la isla actual como un lugar respetuoso con la comunidad. Además, se anticipa la participación de un artista destacado vinculado a la comunidad LGTBI en América Latina, lo que añade expectativa al evento.
El precedente de un festival en Cayo Santa María el año pasado, que generó controversia por los altos precios y la desorganización, así como por los vínculos entre los organizadores y entidades turísticas asociadas al gobierno cubano, plantea interrogantes sobre la edición de este año. Sin embargo, la iniciativa de celebrar un festival LGTBI en Cuba representa un paso adelante en la visibilidad y aceptación de la diversidad sexual en la isla, ofreciendo un espacio de celebración y reconocimiento para la comunidad LGTBI en un entorno caribeño único.