La historia real de Chacumbele, el cubano que se mató a si mismo

Redacción

La historia de José Ramón Chacón Vélez, más conocido como Chacumbele, es una de esas leyendas urbanas que han trascendido en el tiempo en Cuba, convirtiéndose en un referente cultural. Nacido en Camagüey el 9 de noviembre de 1912, Chacumbele fue un personaje real cuya vida estuvo marcada por la tragedia y el espectáculo.

Desde su infancia, Chacumbele mostró un gran interés por el mundo del circo, soñando con convertirse en trapecista. Su vida dio un giro dramático cuando, a los 20 años, un devastador ciclón azotó su pueblo natal, Santa Cruz del Sur, cobrando la vida de más de 2200 personas, incluido su padre. Sobrevivió al desastre junto a su perrita Lola, refugiándose en un algarrobo.

Decidido a dejar atrás los dolorosos recuerdos, Chacumbele se trasladó a La Habana, donde encontró trabajo en el circo Santos y Artigas como aprendiz de trapecista bajo la tutela del polaco Bronislav Korchinsky. Pronto, su talento lo llevó a convertirse en una estrella del trapecio, adoptando el nombre artístico de Chacumbeles e integrando a su fiel Lola en sus actos.

La partida de Korchinsky a Estados Unidos dejó a Chacumbele como el principal trapecista del circo, convirtiéndose en el primer cubano en realizar un salto triple sin red. Durante este tiempo, se unió al espectáculo Ilona Szabó, conocida como “La Muñequita Húngara”, con quien Chacumbele inició un apasionado romance.

Sin embargo, la llegada de Harry Silver, un artista afroamericano que escapó del racismo en Estados Unidos, complicó la vida de Chacumbele. Un fatídico día, mientras realizaba su número, Chacumbele vio a Silver besando a Ilona, lo que lo desestabilizó y provocó su caída, resultando en la muerte de Lola y graves lesiones para él.

Tras seis meses hospitalizado, Chacumbele quedó incapacitado para continuar en el circo y encontró trabajo como policía. Sumido en una profunda depresión, decidió quitarse la vida en un parque de La Habana, marcando un trágico final para su historia.

El destino también fue cruel con Ilona Szabó, quien ignoró las advertencias sobre los nazis y terminó en el campo de concentración de Bergen Belsen, donde murió. Harry Silver, por su parte, encontró un final igualmente trágico al regresar a Estados Unidos, donde fue asesinado por el Ku Klux Klan.

La vida de Chacumbele se inmortalizó en la canción “Chacumbele”, compuesta por Alejandro Mustelier y grabada por el Trío Servando Díaz. Esta canción dio origen al dicho popular cubano “Le pasó como a Chacumbeles, él mismito se mató”, utilizado para describir a quienes se buscan problemas por sus propios errores.