Margot, la verdadera cocinera detrás de Nitza Villapol: “A Nitza no le gustaba cocinar; la que cocinaba era yo”

Redacción

La historia de Juana Margarita Bacallao Villaverde, conocida cariñosamente como Margot Bacallao, es una de dedicación y talento en el mundo de la cocina televisiva cubana. Margot, una figura clave en la televisión nacional de Cuba desde finales de los años 40, comenzó su carrera en el programa “Tele Hogar”, transmitido por Unión Radio Televisión. Su entrada en este mundo fue más que una carrera; fue un refugio emocional proporcionado por su madrina, la doctora Aracelys López Villalonga, para ayudarla a superar la pérdida de su hija.

En “Tele Hogar”, Margot inició como ayudante de cocina, un rol que mantendría durante casi medio siglo. Su verdadero momento de brillo llegó con su colaboración con Nitza Villapol, la presentadora del programa de cocina más popular en Cuba. Aunque Nitza no era una chef consumada, su éxito se debió a su habilidad como nutrióloga y comunicadora, y crucialmente, al apoyo de Margot, quien era la verdadera artífice detrás de los deliciosos platos presentados en el programa.

Margot no solo preparaba los platos y cocinaba las muestras para Nitza, sino que también aportaba su conocimiento sobre los ingredientes disponibles en el mercado, adaptando las recetas a la realidad cotidiana de los cubanos. Su habilidad para improvisar y crear con recursos limitados era nada menos que mágica. Margot era conocida por su capacidad para hacer huevos con agua en ausencia de grasa, crear aliños alternativos cuando faltaban condimentos y elaborar picadillos vegetales.

Una anécdota particularmente ilustrativa de su habilidad ocurrió durante la preparación de un pastel de limón. Cuando Nitza luchaba por batir las claras de huevo, Margot discretamente tomó el relevo, batiendo las claras a la perfección y salvando el plato. Esta historia demuestra no solo su habilidad culinaria, sino también su ingenio y su capacidad para trabajar bajo presión.

Margot Bacallao falleció en La Habana el 24 de enero de 2016, a la edad de noventa y cuatro años. Su legado en la cocina cubana y su contribución al éxito del programa de Nitza Villapol permanecen en la memoria de muchos cubanos. Su historia es un testimonio de la pasión y el talento que pueden existir detrás de las cámaras, y cómo una persona puede influir significativamente en una cultura culinaria a través de la pantalla de televisión.