Un incidente desafortunado empañó lo que debía ser un momento feliz para una familia cubana que deseaba capturar recuerdos frente al emblemático Capitolio de La Habana. El suceso, capturado en un video y compartido por el usuario de Facebook conocido como Woody Alguacil Cubano, muestra a un niño acompañado por dos mujeres y un hombre, quienes se disponían a fotografiarse en las famosas escalinatas del Capitolio. Sin embargo, un custodio del edificio intervino, prohibiéndoles tomar fotografías en el lugar.
La escena, que refleja una mezcla de sorpresa y descontento, se intensifica cuando una de las mujeres, visiblemente molesta, responde al custodio, mientras que otras voces en el fondo desafían la autoridad del guardia, sugiriendo que llame a la policía. El custodio, por su parte, califica la situación como un “problema” y amenaza con llamar a las autoridades.
El video, que ha generado un debate en las redes sociales, muestra la confusión y el desacuerdo de los ciudadanos con la medida impuesta por el custodio. Woody Alguacil Cubano, en su publicación, expresó su sorpresa, ya que siempre había creído que los cubanos podían fotografiarse libremente en ese lugar emblemático. Este cambio en las normas, según sugiere, podría ser un reflejo del temor del régimen.
Los comentarios en la publicación del video reflejan una mezcla de nostalgia y frustración. Una usuaria recuerda cómo en su infancia era común ver fotógrafos ambulantes en ese mismo lugar, capturando momentos para los visitantes. Otro comentario menciona la presencia constante y curiosa de la policía en los jardines del Capitolio.
Una anécdota compartida por otra usuaria evoca tiempos pasados, cuando era tradición para los visitantes de otras provincias, especialmente los orientales, tomarse una foto en el Capitolio como prueba de su visita a La Habana. La pregunta que surge es: ¿cuándo y por qué cambió esta tradición?
El Capitolio Nacional de La Habana es más que un edificio; es un símbolo de la ciudad, comparable en importancia al Castillo del Morro, la Catedral de La Habana y el icónico Malecón. Este edificio, que desde 2015 alberga la sede de la Asamblea Nacional de Cuba, ha sido durante mucho tiempo un punto de referencia y orgullo para los cubanos y los visitantes.
Este incidente pone de relieve no solo la importancia del Capitolio como símbolo cultural, sino también la creciente tensión entre las restricciones gubernamentales y el deseo de los ciudadanos de disfrutar y celebrar su patrimonio. En un país donde las opciones recreativas son limitadas, la prohibición de una actividad tan simple como tomar una fotografía en un lugar público emblemático es vista como un reflejo de un control más amplio y restrictivo por parte del gobierno.
