En un acto de determinación y esperanza, decenas de cubanos con el formulario I-220A (orden de libertad bajo palabra) se congregaron frente a la Casa Blanca en Washington D.C., a pesar del intenso frío, para exigir al gobierno de Estados Unidos una solución que regularice su situación migratoria. Provenientes de diversas ciudades de Florida, estos manifestantes partieron desde el Aeropuerto Internacional de Miami en las primeras horas del día, unidos por un objetivo común.
La protesta, marcada por un fuerte reclamo a la administración estadounidense, busca el reconocimiento del formulario I-220A como un parole. Este cambio permitiría a los manifestantes regularizar su estatus bajo la Ley de Ajuste Cubano, una legislación que ha sido un faro de esperanza para muchos cubanos que huyen de la opresión en su país natal. Los participantes de la manifestación enfatizan que su huida de Cuba fue una escapatoria de una dictadura brutal, y que su procesamiento en los puertos de entrada a Estados Unidos fue inadecuado.
En un esfuerzo por hacer oír su voz en los círculos de poder, ocho de los manifestantes tienen una cita confirmada en el Congreso. Allí, se reunirán con los congresistas María Elvira Salazar y Mario Díaz-Balart, a quienes expondrán su precaria situación legal. La reunión es una oportunidad crucial para clarificar las circunstancias de su llegada a Estados Unidos y la necesidad urgente de una solución legal.
Además de su lucha por la regularización migratoria, los manifestantes también expresan su solidaridad con los que sufren bajo el régimen cubano, condenando la dictadura castro-comunista y abogando por la liberación de los presos políticos en la isla.
La situación de estos cubanos es emblemática del dilema que enfrentan aproximadamente 200,000 compatriotas suyos, quienes se encuentran en un limbo migratorio con el formulario I-220A. La incertidumbre sobre su futuro se intensificó después de que la Junta Superior de Apelaciones de Inmigración de EE. UU. (BIA) rechazara la posibilidad de considerar este formulario como un medio válido para obtener la residencia legal en el país.
A pesar de las garantías de los abogados de que no serán deportados, y de los esfuerzos legales para cambiar su estatus alegando un procesamiento incorrecto en la frontera, la respuesta oficial que beneficiaría a estos migrantes aún no ha llegado. Mientras tanto, algunos han recibido documentos parole de USCIS, pero muchos más continúan esperando la oportunidad de integrarse plenamente en la sociedad estadounidense.
La congresista María Elvira Salazar ha sido una voz activa en este asunto, instando a la administración de Joe Biden a considerar seriamente la solicitud de estos migrantes cubanos. Su llamado a no dejarlos en un limbo migratorio resuena con la urgencia y la justicia de su causa. La manifestación frente a la Casa Blanca no es solo un acto de protesta, sino un testimonio de la lucha continua por la dignidad y el reconocimiento en un país que muchos consideran su nueva esperanza.