La inauguración del Meliá Trinidad Península, un hotel de cinco estrellas, por parte del primer ministro cubano Manuel Marrero, ha generado opiniones encontradas en medio de la crisis económica que atraviesa Cuba. Este nuevo resort, ubicado cerca del Valle de los Ingenios, Patrimonio Cultural de la Humanidad, representa un esfuerzo del gobierno por impulsar el turismo como una vía para mejorar la economía del país.
El Meliá Trinidad Península, descrito como el mayor resort en el polo turístico sureño, cuenta con 401 habitaciones, incluyendo opciones estándar y The Level, y está dirigido exclusivamente a adultos mayores de 18 años. El complejo ofrece siete bares, siete restaurantes y múltiples espacios para eventos y reuniones.
Manuel Marrero destacó la importancia del turismo en el desarrollo económico y social de la región, enfatizando que la apertura del hotel marcará un antes y un después en el turismo de Trinidad. Según Marrero, este proyecto generará empleo y fomentará la aparición de nuevos actores económicos en la zona.
Sin embargo, la inauguración del hotel ha suscitado críticas, especialmente en el contexto de las próximas políticas gubernamentales que, según se teme, podrían agravar la situación económica de los ciudadanos cubanos. Estas medidas han generado una percepción negativa de la gestión estatal, y la apertura del hotel se ve como un contraste con la realidad que enfrentan muchos cubanos en su vida cotidiana.
En Cuba, se observa un aumento de la pobreza extrema, la desigualdad en el acceso a recursos y servicios, y un creciente número de personas sin hogar. Además, se reportan casos de robos con violencia, lo que refleja un contexto de inseguridad que el gobierno parece negar.