En Centro Habana, la realidad de personas como Rafael, un cubano de 56 años, refleja la difícil situación económica y social que enfrentan muchos en la isla. Rafael, quien se dedica a buscar materiales reciclables en los contenedores de basura para venderlos, ha estado viviendo de esta manera durante una década para poder alimentar a su hija de 27 años. A pesar de reunir hasta 2,000 pesos en los mejores meses, su situación es un claro indicativo de la crisis que atraviesa el país.
Rafael, quien anteriormente trabajaba como ganadero, culpa al gobierno por la crisis que lo ha llevado a vivir de esta manera. La presencia de “buzos”, personas que buscan en la basura, es cada vez más común en La Habana, no solo en los barrios humildes sino también en áreas más exclusivas como Miramar.
Jorge, otro “buzo” de 54 años, comentó a la agencia EFE que esta actividad le permite complementar su bajo salario estatal, llegando a ganar 8,000 pesos en un mes, una suma significativamente mayor que lo que podría obtener con su trabajo regular.
Incluso un plomero que combina su trabajo con la búsqueda de latas en la basura, mencionó haber encontrado objetos valiosos, incluyendo un teléfono celular, en los desechos.
Esta situación no se limita a hombres como Rafael y Jorge. El Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) reportó el caso de una anciana de 74 años y su nieta que buscan plásticos y latas en la basura para venderlos y comprar comida. Su pensión de 1,500 pesos no es suficiente para cubrir sus necesidades básicas.
El expreso político y opositor Silverio Portal también conversó con una anciana que busca ropa en los contenedores de basura para ayudar a una amiga que perdió sus bienes. Ella hirve la ropa con cloro para desinfectarla antes de usarla o dársela a otros.
El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) ha señalado la presencia de personas con problemas mentales y sin tratamiento médico que también recurren a los contenedores de basura en busca de alimentos.