El médico cubano Raúl Pérez Velázquez ha expresado su descontento y frustración en redes sociales tras recibir un pago que considera insuficiente por su año de servicio en una misión médica internacionalista en Venezuela. En su publicación en el grupo de Facebook «Misión médica cubana en Venezuela», Pérez Velázquez denunció que solo recibió 213 dólares por un año de trabajo, una cantidad que calificó como inadecuada y decepcionante.
La denuncia de Pérez Velázquez se acompañó de una fotografía que mostraba el saldo de su tarjeta, equivalente a 57,278.5 pesos cubanos, que debido a la inflación en Cuba, solo representan 213 dólares americanos. El médico expresó su indignación por el bajo pago, especialmente considerando el tiempo que pasó lejos de su familia, incluyendo sus dos hijas, y las difíciles condiciones de trabajo en Venezuela.
Esta situación ha llamado la atención sobre la práctica del gobierno cubano de enviar médicos al extranjero, una política que ha sido criticada tanto a nivel internacional como por la propia sociedad civil independiente. En marzo del año pasado, los senadores cubanoamericanos Marco Rubio y Bob Menéndez enviaron una carta al secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, instando a desalentar la explotación de médicos cubanos por parte del régimen cubano.
En su carta, Rubio y Menéndez solicitaron esfuerzos diplomáticos para crear conciencia sobre la trata de personas promovida por Cuba en el Hemisferio Occidental y pidieron a los gobiernos de la región que dejaran de utilizar personal médico cubano en sus programas nacionales de salud.
La contratación de profesionales de salud cubanos ha sido considerada como una forma de «tráfico de personas» por organismos internacionales, lo que ha llevado a Estados Unidos a mantener a Cuba en su «lista negra» en esta materia. Las autoridades cubanas han sido acusadas de administrar un sistema que obliga a médicos y personal sanitario a trabajar en el extranjero bajo condiciones opacas, confiscando pasaportes, credenciales profesionales y salarios, y amenazando a los profesionales y sus familias en caso de intentar abandonar el programa.
Además, el Relator Especial de las Naciones Unidas sobre las formas contemporáneas de la esclavitud, Tomoya Obokata, ha reiterado su llamado al Estado cubano para que responda a las graves acusaciones de presuntos abusos de derechos humanos sufridos por profesionales cubanos en misiones internacionales. Estas acusaciones incluyen la retención de salarios y la imposición de condiciones de trabajo que podrían considerarse explotadoras.
La situación descrita por Pérez Velázquez en su publicación en Facebook resalta las difíciles condiciones que enfrentan muchos médicos cubanos en el extranjero. Su experiencia y la de otros en situaciones similares plantean serias preguntas sobre las políticas del gobierno cubano en relación con sus misiones médicas internacionales y el trato que reciben estos profesionales.
El caso de Pérez Velázquez y la respuesta de figuras políticas internacionales demuestran la creciente preocupación por el bienestar y los derechos de los médicos cubanos en el extranjero. Estas preocupaciones se centran no solo en las condiciones laborales y la compensación económica, sino también en la libertad y la autonomía personal de estos profesionales de la salud.