El anuncio de un nuevo paquete de medidas económicas en Cuba, que incluye aumentos significativos en los precios de servicios básicos y de consumo, ha generado un evidente descontento entre la población. En respuesta a esta situación, el presidente Miguel Díaz-Canel ha pedido a los ciudadanos que confíen en la manera en que el gobierno implementará estas medidas.
Durante su visita a Bahía Honda, en Artemisa, Díaz-Canel aseguró que, aunque las medidas son duras, son necesarias para ordenar la economía del país. Según el portal oficialista Cubadebate, el mandatario afirmó que se tendrá en cuenta a las personas más afectadas por las subidas de tarifas o precios, y que las medidas se aplicarán solo cuando estén creadas las condiciones adecuadas. Además, enfatizó que siempre se considerará a los grupos vulnerables y que las medidas afectarán a pocas personas.
Sin embargo, estas declaraciones no han logrado disipar las preocupaciones de la población. Muchos cubanos dudan de que el gobierno realmente tome en cuenta a los más necesitados, especialmente considerando que, según cifras del Observatorio Cubano de Derechos Humanos, el 88% de la población vive en condiciones de pobreza.
Los aumentos previstos, que van del 20 al 500% en servicios esenciales como electricidad, gas, agua, transporte y combustibles, amenazan con agravar aún más la situación económica de muchas familias cubanas.
El presidente también acusó a la «contrarrevolución» de tergiversar el contenido de las propuestas económicas del régimen, una declaración que refleja la tensión entre el gobierno y sectores de la población que expresan su desacuerdo con las políticas actuales.
A pesar de asegurar que el régimen está al tanto de las dudas y opiniones de la población respecto al «paquetazo», persiste una brecha evidente entre las promesas gubernamentales y la realidad percibida por muchos ciudadanos.