El tiktoker cubano Jonixdose ha llamado la atención en sus redes sociales al mostrar un nuevo negocio gastronómico en La Habana que imita a la famosa cadena de cafeterías estadounidense Starbucks. Este establecimiento, llamado Starcafé, se encuentra en La Habana Vieja y ha generado comentarios debido a sus precios elevados en comparación con el salario promedio en Cuba.
Jonixdose experimentó de primera mano lo costoso que puede ser disfrutar de un café en este lugar, pagando más de 2,300 pesos por solo dos frappuccinos. Para muchos cubanos, este precio representa un lujo inaccesible, considerando que el salario mínimo fijado en 2021 es de 2,100 pesos. El joven tiktoker destacó su experiencia de sentirse como si estuviera en un Starbucks original, con detalles como el vaso plástico con adsorbente y su nombre escrito en él.
Además de los frappuccinos, el youtuber compartió los precios de otros productos ofrecidos en el Starcafé, que van desde 250 pesos por un café expreso hasta 2,100 pesos por un desayuno completo. Estos precios, al ser convertidos a dólares o euros, son similares a los de los Starbucks originales. Sin embargo, la diferencia crucial radica en que los salarios en Cuba se pagan en CUP (pesos cubanos), no en divisas extranjeras, lo que hace que estos precios sean prohibitivos para la mayoría de los cubanos.
El Starcafé se promociona en redes sociales como un lugar que se convertirá en el favorito de los clientes debido a su «relación calidad/precio/atención». A pesar de esto, la accesibilidad de sus precios sigue siendo un tema de debate, especialmente en un contexto económico donde el salario promedio es significativamente más bajo que el costo de sus productos.
El local, ubicado en la calle Compostela entre Chacón y Cuarteles, ha capturado la atención no solo por sus precios, sino también por su logo, que imita casi a la perfección al de Starbucks, con la diferencia de que la sirena lleva un sombrero de yarey y maracas en sus colas.
Este caso resalta las disparidades económicas en Cuba y el desafío que enfrentan los negocios privados al intentar ofrecer productos y experiencias similares a las de marcas internacionales en un mercado con limitaciones financieras significativas para la población local. La situación del Starcafé en La Habana es un ejemplo de cómo los negocios privados pueden intentar adaptar conceptos globales a un contexto local, pero también muestra las dificultades inherentes a este proceso, especialmente en términos de precios y accesibilidad para la mayoría de los ciudadanos.