La reciente ola de violencia en Cuba ha cobrado otra vida, esta vez en la capital, La Habana. Osmell Ramos, un joven cubano, fue trágicamente asesinado, según reportes de ciudadanos y activistas en redes sociales. La noticia de su muerte ha generado una profunda conmoción y ha sido ampliamente difundida, destacando la creciente preocupación por la seguridad en el país.
Glenda Rancaño, una activista cubana, fue una de las primeras en denunciar el asesinato de Ramos en redes sociales. A través de su cuenta, compartió capturas de pantalla de varios internautas de La Habana que confirmaban el trágico destino del joven. En su publicación, Rancaño expresó su dolor y frustración por la situación de violencia en Cuba, refiriéndose al país como un «cementerio de personas asesinadas y desaparecidas».
En Twitter, Rancaño escribió: “Esto es demasiado ya Dios mío santo, este niño es de mi barrio un muchacho buenísimo y super joven @PresidenciaCuba han acabado con mi país lo han convertido en un maldito cementerio de personas asesinadas y desaparecidas todos los días”.
El comunicador Niover Licea proporcionó detalles adicionales sobre el incidente. Según Licea, Osmell Ramos fue asesinado a puñaladas el sábado 13 de enero alrededor de la una de la tarde en el Barrio de Colón, en La Habana. Ramos, de 35 años, era descrito por sus amigos como una persona tranquila y noble, bien relacionada con su comunidad y padre de un niño pequeño. Actualmente, su cuerpo está siendo velado en la funeraria de Zanja en Centro Habana. El asesino aún no ha sido capturado, y Licea sugiere que el crimen podría haber sido un ajuste de cuentas.
Este incidente se suma a una serie de crímenes recientes en Cuba, incluyendo el asesinato de un cubano discapacitado en Ciego de Ávila. Armelio Fernández Delgado, conocido como El Gago, quien se desplazaba en silla de ruedas y era respetado en su comunidad por su trabajo elaborando prótesis dentales, fue asesinado el pasado 9 de enero en un aparente robo.
Estos sucesos han intensificado el debate sobre la seguridad en Cuba, en un contexto donde el régimen insiste en negar la existencia de una ola de violencia, a pesar de las crecientes denuncias y evidencias de lo contrario. La comunidad cubana, tanto dentro como fuera de la isla, sigue exigiendo respuestas y medidas efectivas para combatir esta creciente inseguridad.