El incidente protagonizado por el humorista cubano Limay Blanco y su esposa Glenda, en el que se encontraron con una persona aparentemente necesitada de ayuda en la carretera hacia Alamar, ha generado una amplia discusión y preocupación entre sus seguidores y la comunidad en general. El suceso, transmitido en vivo por Limay, muestra la complejidad de la situación de seguridad en Cuba y las difíciles decisiones que enfrentan los ciudadanos en situaciones potencialmente peligrosas.
En el video, Limay y su esposa expresaron su temor y decidieron no detenerse, a pesar de ver a un hombre acostado al borde de la carretera con un maletín a su lado. Posteriormente, Limay compartió en Facebook su preocupación y justificó su decisión de no parar, mencionando que había notificado a la policía sobre el hombre. La captura de pantalla publicada en Facebook muestra al individuo en la carretera.
La reacción de los seguidores de Limay en los comentarios de la publicación fue mayoritariamente de apoyo a su decisión de no detenerse. Muchos aconsejaron precaución, especialmente durante la noche, y compartieron sus propias experiencias y preocupaciones sobre la seguridad en las calles de Cuba. Un seguidor comentó: «Hiciste muy bien, mi hermano, y esto va para todo el mundo que maneje en la calle a la hora que sea, así vean a una mujer o a un hombre no se les ocurra parar porque la verdad tú lo haces de buen corazón pero los que te están esperando no van a tener compasión contigo ni con tu familia».
Este incidente refleja una creciente inquietud entre los ciudadanos cubanos respecto a la seguridad en las calles, especialmente durante la noche. Los reportes en redes sociales y medios independientes sobre estratagemas utilizadas por delincuentes para asaltar a sus víctimas han aumentado la desconfianza y el temor. Lugares como los alrededores del Aeropuerto Internacional José Martí han sido señalados como puntos críticos de asaltos y robos.
La narración de un taxista sobre cómo evitó un asalto cerca del aeropuerto ilustra la precaución que muchos conductores están tomando. Estos relatos, junto con la experiencia de Limay, resaltan la percepción de inseguridad y la falta de confianza en la capacidad de la policía para proteger a los ciudadanos y resolver crímenes.