La situación económica en Cuba alcanza niveles críticos, y la reciente escalada de precios en el transporte, impulsada por el aumento gubernamental de las tarifas de los combustibles, ha generado un caos económico que afecta directamente a los ciudadanos.
En medio de esta crisis, algunos transportistas privados han decidido aumentar los costos de las rutas que cubren, desencadenando una serie de multas por parte del gobierno, que busca frenar esta espiral inflacionaria con sanciones de hasta 8,000 pesos cubanos (CUP).
En la ciudad de Santa Clara, los cocheros que utilizan tracción animal para movilizar hasta ocho personas han «actualizado» sus precios, a pesar de que los caballos no consumen gasolina ni diésel. La falta de una gestión gubernamental eficiente ha llevado a todos a buscar formas de generar ingresos adicionales para sobrevivir en un país con alarmantes niveles de inflación.
Según la cuenta de Facebook Fuerza del Pueblo, vinculada a la Seguridad del Estado en la provincia de Villa Clara, inspectores han identificado violaciones a los precios establecidos y han impuesto multas considerables a los transportistas privados. Estas medidas, vistas por algunos como necesarias para proteger a los ciudadanos, son consideradas excesivas por otros, evidenciando las divisiones en la sociedad cubana frente a la crisis.
La lógica indica que, ante las multas impuestas, los transportistas podrían intentar elevar aún más los precios de sus servicios bajo la dinámica de oferta y demanda, agravando la situación económica de la población. Este aumento se suma a la serie de incrementos en servicios básicos como electricidad, gas y combustible, generando tensiones adicionales en la sociedad.