El gobierno cubano ha dado un paso significativo en su enfrentamiento con figuras del exilio en Miami, influencers y comunicadores sociales, al entregar a la Interpol su «Lista Nacional de Terroristas». Esta lista, confirmada por el portal gubernamental Cubadebate, fue enviada a la Organización Internacional de Policía Criminal (Interpol) y publicada en la Gaceta Oficial el 7 de diciembre de 2023.
El Ministerio del Interior de Cuba (MININT) ha informado que la lista incluye a personas y entidades que han sido objeto de investigaciones penales y son buscadas por las autoridades cubanas. Según el régimen, esta lista abarca a individuos que, desde 1999, han realizado actos considerados terroristas, tanto dentro como fuera de Cuba, afectando a ciudadanos o propiedades cubanas. Además, incluye a aquellos que han atentado contra la vida del presidente de la República o de otros altos funcionarios del Estado, así como a quienes han incitado, organizado o financiado acciones contra la paz y la seguridad ciudadana.
La mayoría de las personas clasificadas como «terroristas» por el régimen cubano residen en Estados Unidos, principalmente en Florida, con la excepción de una persona que vive en Bélgica. La lista consta de 61 personas y 19 entidades acusadas por La Habana de patrocinar el terrorismo en Cuba. Esta acción parece ser una respuesta directa a la inclusión de Cuba en la lista de países patrocinadores del terrorismo que Estados Unidos publica anualmente.
Entre los nombres incluidos en la lista se encuentran figuras del viejo exilio cubano, tradicionalmente atacadas por el régimen, así como opositores como Eliecer Ávila, Liudmila Santiesteban Cruz, Manuel Milanés Pizonero, y los influencers Alain Lambert Sánchez (Paparazzi cubano), Jorge Ramón Batista Calero (Ultrack) y Alexander Otaola Casal.
Tras la publicación del listado en diciembre del año pasado, el gobierno de La Habana ha amenazado con extraditar y enjuiciar en ausencia a los ciudadanos incluidos en esta lista. Sin embargo, muchos de los cubanos nombrados han respondido al régimen, declarando que esta medida no alterará su compromiso de denunciar las arbitrariedades del gobierno cubano.
Esta situación refleja la tensión continua entre el gobierno cubano y sus críticos, especialmente aquellos que viven en el exilio. La decisión de incluir a estas figuras en una lista de terroristas y buscar su extradición marca una escalada en la confrontación entre el régimen y sus opositores, y podría tener implicaciones significativas para las relaciones entre Cuba y los países donde residen estas personas.
