El 6 de enero, conocido globalmente como el Día de Reyes, es una fecha de gran significado para la comunidad católica. Este día, que conmemora la Epifanía y la visita de los Reyes Magos al niño Jesús, es especialmente anhelado por los niños, quienes tradicionalmente reciben juguetes en esta celebración.
En numerosos hogares, es costumbre que los niños escriban cartas a los Reyes Magos, expresando sus deseos y esperanzas de recibir juguetes específicos. No obstante, en países como Cuba, las realidades económicas actuales hacen que esta tradición sea un desafío. Carla, una madre cubana, se encuentra en la difícil situación de querer cumplir con esta tradición para su hijo, a pesar de las adversidades económicas y de no ser creyente, esforzándose por mantener viva la magia de los Reyes Magos para su pequeño.
Con un presupuesto limitado, Carla se ve obligada a elegir un juguete modesto, aunque en su corazón anhela poder comprarle a su hijo el carrito de bomberos que realmente desea. Esta realidad no es ajena a muchas familias en Cuba, donde los padres se enfrentan a la ardua tarea de encontrar y comprar juguetes, a menudo teniendo que optar por opciones más accesibles o incluso hechas a mano.
Yanet, otra madre cubana, relata una experiencia similar, incapaz de comprar el juguete que su nieta desea debido a su elevado precio. Los juguetes en Cuba se han convertido en artículos de lujo, inalcanzables para muchos, exacerbado por la dualidad monetaria y los bajos salarios que no se equiparan con los precios del mercado.
En las redes sociales, numerosos usuarios en Cuba expresan su frustración ante la escasez de juguetes en las tiendas y los precios prohibitivos, lo que complica aún más la posibilidad de comprar regalos. Incluso se mencionan prácticas cuestionables en las tiendas durante estas fechas, como la reventa de juguetes a precios excesivos.
Finalmente, se destaca la creciente atención que ha recibido la persistente escasez de juguetes en Cuba por parte de varias organizaciones e instituciones, aunque sin soluciones efectivas hasta el momento. Esta situación es un reflejo de las complejas dificultades económicas y sociales que enfrentan numerosas familias cubanas, especialmente en momentos tan significativos como el Día de Reyes, donde la ilusión de los más pequeños se ve opacada por la realidad del país.